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PERIODISMO ESCRITO CON SANGRE

Manifestacione CaracasPersecución, intimidación, amenazas, arrestos e incluso torturas, son sustantivos que forman parte de la cotidianidad de los venezolanos que osan pensar diferente. En pleno siglo XXI, la otrora próspera nación petrolera, hoy vive la crisis económica y social más grave de su historia contemporánea. En paralelo, el ejercicio del periodismo se ha convertido en una «misión imposible» que impide a los periodistas ejercer libremente la misión de «informar». En esta primera entrega conoceremos en detalle cómo se violan principios fundamentales de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, para luego hacer una autopsia a la Hegemonía Comunicacional´ que ostenta el gobierno del presidente Nicolás Maduro. Venezuela sucumbe en un laberinto sin salida.

Por MARINELLYS TREMAMUNNO para GEA PHOTOWORDS

Jenny Oropeza es una venezolana, una “periodista, escribiendo rastros de sangre” como se describe en su cuenta de twitter; pues trabaja para la sección de “sucesos” del Diario 2001. Una labor nada fácil en un país en el que sólo en el 2013 se contabilizó 24.763 homicidios por armas de fuego (unas 79 personas por cada 10 mil habitantes), de acuerdo a cifras del Observatorio Venezolano de Violencia. Fernando Pinilla es venezolano, humorista gráfico de los Diarios La Voz y La Región, además de ganador este año del Premio León Zapata al Mejor Caricaturista de la Prensa Venezolana. Ambos tienen algo en común, han sido los nombres más escuchados estos últimos días en Venezuela, pero no por trabajar para la prensa sino por haber recibido amenazas para intentar silenciarlos.

Oropeza ha recibido mensajes intimidatorios de parte de Johnny Bolívar, asesino de la joven Adriana Urquiola, por el seguimiento periodístico que ha hecho al caso del homicidio ocurrido durante las protestas contra el gobierno del pasado mes de marzo en Venezuela. Según una información publicada en la web de la televisora colombiana NTN24, el asesino de Urquiola “está vinculado a uno de los hombres con más poder del chavismo, el General Hugo Carvajal. Al menos así lo aseguró el exmagistrado Velásquez Alvaray en 2012, en entrevista exclusiva al canal SoiTV”.

Pinilla por su parte, ha recibido llamadas con amenazas de muerte y difamación a través de twitter, con mensajes que incluyen foto de su pasaporte, datos personales y dirección de residencia exacta. “¿Quién puede tener acceso a las fotografías a color que toman en el Saime cuando uno se saca el pasaporte?”, cuestionó. Explica que todo sería parte de una acción de “amedrentamiento por mi trabajo crítico”.

El Secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP), Marco Ruiz, indicó que este tipo de amenazas son la consecuencia de la impunidad promovida por los órganos de justicia. Para muestra un botón, “sólo 9 sospechosos son detenidos por cada 100 homicidios”, lo que se traduce en un índice de impunidad del 90%, asegura el abogado penalista y criminólogo Miguel Gutiérrez.

Violaciones a los derechos humanos

Para hablar del ejercicio del periodismo en Venezuela, se debe hablar también de la violencia y la impunidad que sufren tanto los venezolanos como los periodistas. Se suma además el detrimento de la calidad de vida del ciudadano – con una inflación del 56% en el 2013 y una escasez de alimentos de consumo básico del 60% en marzo 2014 – y la creciente polarización política, desencadenando las protestas estudiantiles que en febrero y marzo pasado fueron noticia.

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Manifestación de estudiantes en Caracas. Foto ©  Daniel K2K.

El gobierno de Nicolás Maduro Moros, intentando contener las protestas, dio una respuesta brutal a través de los cuerpos policiales y militares, incluso con la actuación de grupos paramilitares defensores de la revolución llamados “colectivos”, con el resultado de graves violaciones a los Derechos Humanos. Según el informe de Amnistía Internacional del 1 de abril 2014, entre febrero y marzo el saldo de las protestas fue de 37 personas fallecidas, 550 heridos, de los cuales 120 con armas de fuego. Por su parte el Foro Penal Venezolano reporta en su web que entre los meses de febrero y agosto se han registrado 3.273 detenciones durante manifestaciones o por motivos de persecución política, de los cuales cerca de un 90% son jóvenes. Hoy 73 personas aún continúan privadas de libertad.

“Estas realidades han sido reseñadas por los periodistas, quienes por ello también recibieron represión policial. Aquí es importante agregar, que durante las manifestaciones de los cinco meses del primer semestre de este año, varios periodistas fueron detenidos y 290 atacados física y psicológicamente”, explicó María Antonia Sánchez, miembro de la directiva del Colegio Nacional de Periodistas, seccional Miranda.

Vivir como corresponsal de guerra en el Caribe

Ante este panorama de violencia, impunidad y polarización política, se deben encender las alarmas internacionales en pro de la defensa de la libertad de expresión y el ejercicio del periodismo en Venezuela. Oropeza y Pinilla son tan sólo 2 casos de las 448 violaciones a la libertad de expresión reportados en los que va del 2014 por el Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (CEDICE). Un balance que resulta aún más alarmante cuando vemos que el 62% de los casos de violación son cometidos por cuerpos de seguridad del gobierno y que en el 2013 se registraron 287 casos; es decir que en lo que va del 2014, las estadísticas de los casos de violación a la libertad de expresión ya casi duplican las del año precedente.

“El 2014 será el año con mayor número de violaciones a la libertad de expresión de la última década. Es el presidente Nicolás Maduro el responsable de las mayores agresiones y vulneraciones a los derechos como libertad de expresión y el derecho a la información que tienen todos los venezolanos. Pero esto no ha sido lo único… medios comprados, hay al menos 40 leyes, que tocan el tema de los medios de comunicación con un carácter punitivo, queriendo castigar y queriendo perseguir la crítica, el espacio plural”, denunció el vocero del SNTP, Marco Ruiz, el pasado 21 de agosto 2014.

La violencia y la violación a la libertad de información en Venezuela son tan cotidianas, que mientras que escribía este artículo la noche del 26 de agosto, en la zona de Chacao en Caracas se registraban enfrentamientos entre manifestantes y la GNB, en donde fue detenido el reportero gráfico Horacio Siciliano por funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), vestidos de civil. Información que circuló en twitter y que ya forma parte del día a día de los profesionales de la prensa de este país.

 

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Cohetes caseros.  Manifestación de estudiantes en Caracas. Foto ©  Daniel K2K.

La mordaza de la «revolución chavista»

Pero si bien es cierto que en el 2014 el periodismo en Venezuela se escribe con sangre como nunca antes, es importante aclarar que el deterioro del ejercicio de la profesión no ha ocurrido de un día para otro. El periodista de El Universal Pedro García Otero, un veterano con 22 años de ejercicio profesional, explicó que “esto ha sido un proceso que empezó en el gobierno de Caldera con las demandas de la información veraz, y que ha ido agravándose. Ha tenido picos como en el 2002, en la medida que el gobierno se ha ido sintiendo amenazado. Pero ahora desde que el gobierno decidió que tenía que tener la Hegemonía Comunicacional, tras el cierre de RCTV, se ha hecho sistemático, al punto que ya no quedan televisoras, ni radios, ni prensa libre, prácticamente quedan algunos espacios en internet, que es donde nos hemos refugiado”.

Justamente en el año 2002, a tan sólo 3 años de la primera elección de Hugo Chávez Frías como Presidente de la entonces República de Venezuela, escribí en la presentación de mi libro Chávez y los medios de comunicación social: “Hoy vivimos una situación explosiva entre los medios de comunicación social y el Presidente Hugo Chávez Frías, que por ende también involucra a los participantes del ala dura del chavismo. Nunca antes en la historia venezolana un presidente democrático se había enfrentado de manera tan frontal con los representantes de los medios de comunicación hasta llegar al punto de que los periodistas tenga que salir a la calle apertrechados como corresponsales de guerra, sin que exista “aún” tal guerra…”.

Ya se hablaba de censura y del riesgo del ejercicio del periodismo. Espacio Público habría registrado en el 2002: “142 eventos, actos o casos de agresiones o inhibitorios de la acción periodística en los que resultaron afectados 154 trabajadores de los medios de comunicación y en 42 ocasiones medios de comunicación”. Se daban los primeros pasos en la “revolución chavista” para amordazar la información veraz y la libertad de opinión. En esos días ya se vivían graves episodios de confrontación política en Venezuela, eran los días de la llamada “crisis de abril”, pero jamás era posible imaginar que la realidad podía superarse a sí misma.

Hoy, luego de 15 años de mal llamada “revolución”, Venezuela sucumbe ante un Estado con el control absoluto de los poderes públicos y con una hegemonía comunicacional que ha restringido la posibilidad de denuncia y de expresión de sus ciudadanos, quienes sufren graves violaciones de los derechos humanos fundamentales. El informe de 2014 de Human Rights Watch estableció que “durante el gobierno del presidente Chávez y ahora durante la presidencia de Nicolás Maduro, la acumulación de poder en la rama ejecutiva y la erosión de las garantías sobre los derechos humanos han permitido al gobierno intimidar, censurar y perseguir a sus críticos”.

En la próxima entrega veremos al detalle los primeros pasos dados por Hugo Chávez para lograr esa Hegemonía Comunicacional que ahora ostenta Nicolás Maduro. Y analizaremos lo que está por venir para los periodistas venezolanos con la nueva Ley de Comunicación.

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