Opinion

INFORMACIÓN Vs TERRORISMO

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Madrid, 08/11/2010.- El escritor Edmund Burke ya lo profetizaba antes de la Revolución Francesa, el cuarto poder lo ejercen los medios de comunicación; en aquel entonces era la prensa, ahora lo hace internet y su web 2.0. Y el mejor ejemplo de nuestro tiempo lo es Wikileaks.org, un portal que ha hecho temblar hasta a la Casa Blanca al develar el pasado mes de julio más de 400 mil documentos secretos que ponen en tela de juicio la actuación del Pentágono durante la guerra de Irak.

Su fundador, el periodista australiano Julian Assange, asegura que esta organización ofrece periodismo de investigación de alta tecnología; convirtiéndose para algunos en la “garganta profunda” del ciberespacio, al decodificar información secreta con la misma tecnología que usan los servicios de inteligencia y difundirla como nunca antes con la ayuda de You Tube, Facebook, Twitter y las redes sociales. Y por si fuera poco la organización ha admitido que cuenta con unos 15 mil documentos más sobre Afganistán, así como un vídeo filmado en ese país, y amenaza con hacerlos público.

Con Wikileaks se abre el debate en torno al periodismo digital. ¿Publicar todo tipo de filtraciones e información calificada en la red, en bruto, sin análisis e interpretación periodística, es periodismo o cotilleo? Jamás podríamos calificar de “cotilleo” la publicación de estos documentos que son “veraces” y demuestran hechos graves en contra de los Derechos Humanos, acciones de guerra además repudiadas por la comunidad internacional. Y la publicación sin manipulación de los informes tampoco es un argumento válido para afirmar que no se trata de periodismo, todo lo contrario, existe el periodismo informativo, interpretativo o de opinión; y Wikileaks es el mejor ejemplo del periodismo informativo, al democratizar y permitir el acceso a la información, otros medios digitales como The Guardian, The New York Times, Le Monde, Der Spiegel, Al Jazeera y el Bureau of Investigative Journalism, que se han encargado de analizar e interpretar los informes, incorporando incluso glosarios para entender la complicada terminología militar.

Otros críticos también han asegurado que la publicación de tales informes “son una propaganda a favor de la insurgencia de los terroristas”, al poner de manifiesto las atrocidades cometidas por las fuerzas armadas norteamericanas durante la guerra de Irak y develar nombres de algunos de los informantes del Pentágono, por ejemplo. Tal vez, pero tampoco podemos olvidar que publicar “la verdad” siempre hiere susceptibilidades en aquellos que ejercen el poder. El “terrorismo” no se puede contrarrestar con el “terrorismo de la guerra”, y el “secreto de Estado” no puede ser la excusa para justificar la “violación de los derechos humanos”.

Mientras sigue el debate… El ex analista de inteligencia en Irak, Bradley Manning está bajo arresto domiciliario por haber dado a conocer el vídeo de un ataque estadounidense en el que murieron más de diez personas en Irak, entre ellas dos periodistas; y las 109 mil muertes en manos de los soldados de los Estados Unidos, de las cuales 66.081 eran civiles, siguen impune….

FOTO: Mario Filippo

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