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Madre cubana en Italia: “Los asistentes sociales me robaron a mis tres hijos”

“Yo quiero vivir en mi país, quiero vivir en Cuba con mis hijos”, clama Katia Cruz Cuero, a quien los Servicios Sociales italianos le han retirado la custodia de sus tres hijos.

MARINELLYS TREMAMUNNO / CUBANET

ROMA, Italia. – “Ay, Dios mío. Por favor, ayúdenme; me han quitado a mi bebé, me lo han quitado en el hospital con dos días de nacido, me han quitado a mi bebé. Y se han llevado a mi niño chiquitito, el que estaba en la comunidad, (el) de un año, también se lo han robado”. 

Son las palabras de Katia Cruz Cuero, quien, en un Facebook Live del pasado 4 de enero, lloraba desesperada en la habitación del hospital de la ciudad italiana Civitanova Marche, en donde el 31 de diciembre había dado a luz a su pequeño Abraham. Su otro hijo, David Moisés, se encontraba en el Instituto “Figlie dell’Addolorata”, una comunidad de protección para menores en la que vivía con su madre por decisión del Tribunal de Menores de Ancona.   

Sin embargo, el 2 de enero los Servicios Sociales irrumpieron en la habitación de Katia para llevarse a su pequeño recién nacido. Iban con una ordenanza de emergencia emitida por el alcalde del municipio de Sarnano, Luca Piergentili. Según el documento, Servicios Sociales intervenía de manera urgente “para poner en seguridad” al bebé, de acuerdo al artículo 403 del Código Civil Italiano, que permite este tipo de acciones cuando se considera al menor “abandonado moral o materialmente”, cuando es víctima de “negligencia, inmoralidad o ignorancia”, o es “criado en locales insalubres o peligrosos”.

Al verse rodeada por los funcionarios de Servicios Sociales y de la Policía, sin poder moverse por los dolores postparto, en medio de la confusión, Katia se comunicó con CubaNet para denunciar en exclusiva lo que estaba sucediendo y, en calidad de periodista, tuve la posibilidad de ser testigo a distancia de la intervención policial que transformó el momento del nacimiento de su cuarto hijo en la peor pesadilla de su vida. 

“Te tienes que comportar bien Katia”, dijo con tono amenazante y frialdad la funcionaria de Servicios Sociales, como si fuera un delito o acción de mal comportamiento que una madre se opusiera a ser separada de su bebé. 

Ahora el pequeño se encuentra en una supuesta “comunidad educativa”, con personas desconocidas ―sin ni siquiera tener el derecho a ser amamantado―, por decisión del Tribunal de Menores de Regione Marche. El caso ha sido asumido por el Estudio Legal Internacional del abogado Antonino Lo Verde de Milán, ampliamente conocido por la comunidad latinoamericana en Italia como el “abogado del pueblo”.

Un italiano conocido en Cuba

Katia tiene 30 años y llegó a Italia por primera vez hace ocho años, luego de conocer a Giuseppe Stasso en Cuba y casarse. Pronto quedó embarazada, pero “las cosas no iban bien con él”, dijo a CubaNet. “Las peleas eran continuas y también temía por mi integridad física, mi exmarido me maltrataba y amenazaba con dejarme en la calle, sentía que toda la situación podría ser muy peligrosa para mi embarazo, así que decidí regresarme a Cuba”, especificó. De esa forma, Giuseppe, su primer hijo, nacería en la Isla. 

Pasaron cuatro años y decidió contactar de nuevo a su expareja para presentarle al niño. También preparó todos los documentos para que el papá reconociera al pequeño. “Una vez que llegué a Italia con el bebé en 2017, las cosas entre el padre y yo de inmediato se volvieron complejas; él en secreto había preparado toda una estrategia para quitarme a mi bebé. Dos meses después de llegar a Italia me encontré en medio de un supermercado, cercada por la policía que vino a llevarse a mi hijo, alegando que el padre me había acusado de maltrato. Una falsedad totalmente inventada por mi ex con el objetivo de llevarse al niño”. 

Hoy Giuseppe tiene ocho años y ni siquiera vive con su padre, pues quedó bajo la tutela de los Servicios Sociales. Vive en una “comunidad” por decisión del Tribunal de Menores de Milán, que no permitió a Katia volver a verlo.

La trampa de los Servicios Sociales italianos

La decisión de Katia de dejar su país para vivir en Italia, sin la protección de su familia y dependiendo únicamente de su esposo extranjero, la dejó a expensas de un sistema que no tiene piedad ni siquiera con las propias familias italianas. La justicia para menores de Italia es famosa por la crueldad de sus procedimientos, en los que el Estado se atribuye el poder de decidir la suspensión de la patria potestad de los padres y la sustracción de los menores del núcleo familiar si el niño es considerado por un juez en “estado de abandono”. 

En algunos casos, el maltrato o abandono justifica la actuación de los Servicios Sociales, pero en muchos otros se ha comprobado que el sistema ha cometido graves errores al destruir familias en lugar de brindarles real apoyo. En Italia es muy famoso el caso conocido como “Angeli e demoni” (Ángeles y demonios), el cual destapó la red de corrupción detrás de los Servicios Sociales de la Regione Emilia Romagna, que alejaba injustamente a menores de sus familias de origen mediante procedimientos de custodia ilícitos. 

Se trata del mismo sistema de justicia que arrebató a Katia tres hijos varones en menos de cuatro años, dejándola devastada moralmente y en condición de completa vulnerabilidad desde 2017. “Desde que se llevaron a Giuseppe, el padre me echó del hogar conyugal y me quedé prácticamente en la calle, sin dinero, sin techo, sin trabajo y con un mínimo de conocimientos del idioma italiano. Busqué trabajo en todas partes, pero las demandas económicas de los abogados para recuperar a mi bebé eran cada vez más costosas y después de probar decenas de trabajos que no me alcanzaban para pagar ni siquiera el alquiler, inicié a trabajar en un nightclub”.

Tres hijos arrebatados

Desde entonces, el sueño italiano de Katia se convirtió en una verdadera pesadilla. En realidad, “lo que hacen es acabarle la vida a las personas”, afirmó la cubana en Facebook, el 20 de octubre de 2020, cuando hizo un video de más de una hora para explicar su caso y denunciar que nuevamente los Servicios Sociales le habían “secuestrado” a su segundo hijo varón, Moisés, para darlo en adopción. En esa ocasión también advirtió que su bebé por nacer corría el mismo peligro (lo que se corroboró el 2 de enero).

“Yo soy la madre de este bebecito que ven aquí, Moisés. Yo tuve una relación con el papá del niño (quien era su nueva pareja, David Territo). Estuvimos viviendo juntos, pero él tomó violencia. Después de haberlo dejado, de un mes y medio, los Servicios Sociales vinieron a buscarme a mi casa para llevarme con mi hijo a una comunidad. Según el juez, el niño estaba en peligro y me quitaron la patria potestad”, explicó y cuestionó la medida: “¿Yo tengo culpa de que él haya cogido una silla y la haya alzado arriba de mi hijo?”.

Katia y Giuseppe (Foto: cortesía de la entrevistada)

Katia (embarazada de Abraham) y Moisés (Foto: cortesía de la entrevistada)

Katia y Abraham (Foto: cortesía de la entrevistada)

Una situación de violencia física activó por segunda vez el sistema italiano de supuesta protección para menores que, en lugar de garantizar una verdadera protección al núcleo familiar y en particular a Katia como víctima de violencia familiar, intervino quitándole la patria potestad y obligándola a vivir en una “comunidad para menores” a pesar de su condición de embarazada, lo que generó mayores complicaciones a su situación de vulnerabilidad.    

“Uno de la comunidad se hizo el fresco conmigo y yo lo denuncié. Quiso que yo estuviera con él y me empezó a sobornar, empezó a amenazarme con mi niño: que si yo no estaba con él podía decir cualquier cosa, que su mujer era psicóloga. Él me dijo eso y yo le hice una denuncia”, afirmó Katia. 

Y explicó que “esta decisión de buscar una familia” para Moisés viene del Tribunal de Ancona, “porque en la primera comunidad en la que yo estaba hablaron cosas de mí feísimas, para mí todos son unos corruptos”, denunció. 

Y, efectivamente, basta leer el decreto N. 378/2020 VG, emitido por el Tribunal de Ancona en agosto de 2020 para confirmar la única versión de los operadores de la Cooperativa Social “Pio Carosi”, en donde existe la clara intención de presentar a la joven cubana como una persona “con dificultad en la gestión de sus emociones”, “instintiva y directa” y de “personalidad primitiva” para hacerla pasar por una desequilibrada mental. Lo explicó el abogado Antonino Lo Verde, quien piensa que Katia terminó metida en una especie de trampa, debido a “sus emociones alteradas por su estado de embarazo, sin ninguna posibilidad de defensa y en lugar de ayudarla la llevaron al extremo”.

De hecho, su embarazo ayudó solo para retardar la ejecución de la orden del Tribunal de llevarse a Moisés: “Miren como hice, yo tenía una cinta y cuando llegó el decreto para quitarme a mi hijo, para arrebatarme a Moisés de mis brazos, yo me amarré a mi hijo y les dije: “Ustedes para quitarme a mi hijo tienen que matarme”.

El llamado de auxilio

Luego de cuatro días de terror en el Hospital de Civitanova Marche, en donde la obligaron a estar contra su voluntad en el área de psiquiatría y bajo efectos de sedantes, Katia finalmente pudo salir en libertad gracias a la acción del abogado Lo Verde. Ahora está decidida a iniciar la batalla legal por sus hijos y aprovechó la plataforma de CubaNet para pedir ayuda: 

“Yo necesito del Gobierno cubano, yo necesito de ustedes, por favor. Como cubanos que somos, ayúdenme, apóyenme; pido justicia. Yo quiero vivir en mi país, quiero vivir en Cuba con mis hijos. No quiero vivir aquí donde te roban a los niños, te los quitan. Por favor, yo no he hecho nada a mis bebés; me los han robado, el Gobierno italiano me ha robado a mis bebés. Por favor ayúdenme, por favor”.

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