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Régimen venezolano: más violencia mientras más se acercan las elecciones presidenciales

La Fundación PARES denuncia una víctima de violencia política electoral cada dos días. ‘CubaNet’ conversó en exclusiva con la subdirectora de la organización, Laura Bonilla

MARINELLYS TREMAMUNNO / CUBANET

ROMA, Italia. – Este miércoles 3 de julio el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, denunció ante el Consejo de Derechos Humanos las restricciones al espacio cívico y las detenciones de opositores en Venezuela, en aumento a medida que se acerca la fecha de las elecciones presidenciales programadas para el 28 de julio.

Türk aseguró que entre mayo y junio de este año se registraron 28 casos de personas detenidas, algunas de ellas voces disidentes, cuyo paradero se ocultó a sus familiares y abogados a pesar de los esfuerzos de sus familias por buscar información a las autoridades. Esto ocurrió durante periodos que oscilaron entre dos y 41 días, lo que equivale a una desaparición forzada. “Todas las denuncias de desapariciones forzadas deben ser investigadas y enjuiciadas, y debe ponerse fin a esta práctica”, apuntó. El funcionario añadió que los informes de detenciones recibidos por su Oficina “no auguran nada bueno”.

Esta situación ya había sido denunciada por María Corina Machado, la líder del principal partido de oposición, Vente Venezuela: “El régimen está criminalizando la ruta electoral y la campaña. En lo que va de año son 37 dirigentes y líderes sociales, que han sido detenidos por la tiranía. Veinte de ellos están directamente vinculados a este comando de campaña, 14 están detenidos y seis bajo la protección de la embajada de Argentina”, dijo en rueda de prensa el pasado 17 de junio. Según datos del Foro Penal Venezolano, en el país actualmente existen 282 presos políticos.

“En Venezuela se presenta una víctima de violencia política electoral cada dos días”, indicó la Fundación Paz y Reconciliación (PARES) en su primer informe de violencia político-electoral del país sudamericano. “Entre marzo y mayo del 2024, en plena campaña electoral, se han registrado 25 hechos 38 víctimas únicas. De ellas, 17 pertenecen al grupo político de la dirigente opositora María Corina Machado”, se lee en el resumen ejecutivo del documento.

El informe intenta ser “una clara llamada de emergencia a la comunidad internacional para alertar sobre las escasas garantías que hay para la oposición y sus seguidores de participar en unas elecciones limpias en ese país”. La recolección y procesamiento de los datos estuvo a cargo de la Alianza Rebelde Investiga (conformada por los medios venezolanos Runrun.es, TalCual y El Pitazo).

Para entender las causas y las consecuencias de la violencia que aqueja a los venezolanos, CubaNet conversó en exclusiva con Laura Bonilla, subdirectora de la Fundación PARES, quien evidenció que las víctimas son principalmente militantes de partidos políticos de oposición y más del 90% de los hechos de violencia que ocurren en Venezuela corresponden a amenazas, hostigamientos y eventos de presión indebida, como las detenciones arbitrarias.

―¿Qué partidos políticos han sido afectados por esta violencia electoral?

―El 63,2% de los casos son partidos de la oposición y el otro 36,8% son víctimas sin una filiación política clara, que son ciudadanos de a pie o periodistas. Entonces, especialmente, Vente Venezuela tiene un número de 14 víctimas en estos hechos. Primero, Justicia tiene cuatro víctimas, Causa R tiene tres víctimas, el PSD tiene una víctima, Fuerza Vecinal tiene una víctima y Cambio en Paz tiene una víctima.

―Me llama la atención que en el conteo no hay ninguna víctima del partido oficialista, el PSUV.

―Exactamente, no encontramos víctimas del PSUV. Muy distinto, por ejemplo, a situaciones de violencia político-electoral como las de Colombia, en donde hay víctimas en prácticamente todo el espectro político, porque son luchas por el control político del territorio. O distinto, también en Guatemala, en donde hemos encontrado hostigamientos y amenazas violentas relacionadas con el narcotráfico o con otros actores del crimen organizado. Igualmente, en México, estas fueron las elecciones más violentas que ha tenido el país en los últimos 20 años.

Para entender de dónde viene la violencia, ¿cómo es la radiografía del victimario en Venezuela?

―La mayoría de los hechos son ejecutados por el SEBIN (Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional); después sigue la Policía Nacional Bolivariana, la Fiscalía Nacional de Venezuela, el SENIAT y el Consejo Nacional Electoral, que es responsable de otro tipo de hostigamientos de carácter más institucional. La Contraloría, el Plan Furia Bolivariana, también; la DGCIN (Dirección General de Contrainteligencia Militar), la FAN (Fuerzas Armadas Nacionales) y la Guardia Nacional Bolivariana. Pero, en general, el SEBIN está identificado como la principal fuente de hostigamiento o amenaza hacia personas de la oposición.

Este informe recoge y analiza datos del 5 de marzo al 25 de mayo de 2024. ¿Están trabajando en datos más recientes? ¿Nos podría adelantar algún tipo de información?

―Hasta el momento es difícil adelantarlos, pero sí es posible que la tendencia se mantenga. Entre más cerca estén los comicios y mientras haya más tensión ciudadana o pública alrededor de las elecciones, hay una alta probabilidad de que estos números aumenten.

También llama la atención que, en comparación con otros países, estamos hablando de un tipo de victimario diferente. ¿Nos podría hacer una comparación entre el caso de Venezuela y el de México, por ejemplo?

―En América Latina hemos descuidado mucho el carácter regional que tienen las amenazas contra las democracias y, también, al tener elecciones periódicas, nos hemos confiado en que tenemos elecciones libres y democráticas, pero es una verdad parcial por varias razones. Entonces, por ejemplo, en México, los grupos del crimen organizado hicieron una presión directa contra las elecciones; y eso también ocurre porque durante muchos años hubo una relación muy cercana de políticos mexicanos con el narcotráfico. Esa relación se está extendiendo también a otros sectores del crimen organizados. En este momento, los grupos armados de violencia organizada que tenemos en América Latina no corresponden a la foto tradicional de los narcos tipo cartel, sino que son redes mucho más sofisticadas y complejas que ponen otro tipo de presión sobre la democracia. No es solamente un problema de guerrillas como las que teníamos en Colombia en los años 70, que era un grupo retando al Estado para tomarse el poder político, sino que son distintos grupos de crimen organizado intentando presionar a los políticos o de cooptar políticos, o simplemente de poner sus personas dentro del aparato institucional.

Pero en el caso venezolano, ¿cuál es la diferencia? Aquí hay un régimen que participa sistemáticamente en elecciones y, en el ánimo de conservar el poder político nacional, ejerce presiones indebidas u hostigamientos a individuos tanto de la oposición como de la prensa. Y eso, que hace parte del paquete clásico de presiones no democráticas, suele ser muy común con partidos políticos como el PSUV, que llevan muchísimos años en el poder, que se han afianzado, que tienen un control excesivo o más bien pocos controles a su poder político dentro de las instituciones y que, probablemente, recurran a este tipo de medidas no democráticas para presionar el juego electoral hacia un lado.

En este contexto de violencia estatal, ¿es posible un cambio democrático en Venezuela?

―Justamente cuando empieza a haber probabilidades de cambio, todos los regímenes similares, de gobiernos de partidos de este tipo, como el de Maduro, empiezan a incrementar estas acciones por debajo de la mesa, también para presionar el juego electoral. Entonces, lo primero que hacen es cerrar institucionalmente el debate, presionar con vías institucionales a la oposición e incluso usar la fuerza de la Policía o las Fuerzas Armadas para generar hostigamientos o amenazas, para disuadir al opositor de no continuar por el camino en el que está. Entonces, yo creo que estas elecciones van a ser un punto de quiebre en la política venezolana, y ese punto de quiebre probablemente esté representado por una oposición que gana con un número de votos muchísimo más importante que el que ha tenido en el pasado.

En estos hechos violentos, ¿han notado algún tipo de presencia del régimen cubano?

―Yo sé que los primeros años de la relación Cuba-Venezuela, cuando estaba Hugo Chávez en el poder, [los vínculos] eran mucho más fuertes y cercanos, pero también dependían mucho de una economía venezolana que en su momento fue muy vibrante y que hoy no lo es. Entonces, creo que hoy la capacidad financiera de Cuba es bastante mínima como para estar muy presente en las elecciones venezolanas o con algún tipo de injerencia violenta.

¿Cuál es el llamado que hace la Fundación PARES?

―Los latinoamericanos nos tenemos que preguntar sinceramente si estamos haciendo lo correcto a la hora de proteger la democracia, porque las amenazas a la democracia en este momento vienen de cualquier parte. Entonces, como institución queremos hacer saber que ―independientemente de la identidad política que tengamos, independientemente del partido― no proteger las instituciones democráticas no nos va a llevar por ningún buen camino.

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