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DESDE EL VATICANO/ Si hay algo que prevalece entre los venezolanos, es la fe

En Memoria de Monseñor Roberto Lückert, entrevista exclusiva e inédita desde el Vaticano

MARINELLYS TREMAMUNNO / DIARIO LAS AMÉRICAS

Roma.- En memoria al servicio de monseñor Roberto Lückert León a la Iglesia y a Venezuela, presentamos la segunda parte de la entrevista realizada en el año 2018 y que forma parte del libro “Venezuela: l’eden del diavolo”, publicado en Italia en 2019 por la editorial Infinito Edizioni.

La idea de este libro nació de la Exhortación Pastoral «No tengas miedo, estoy contigo», publicada por la Conferencia Episcopal Venezolana el 11 de julio de 2018; dos meses antes de la visita ad limina de los obispos venezolanos al papa Francisco. En esta exhortación, los prelados advirtieron sobre la «gran tribulación» que vive Venezuela. Una afirmación de gran peso que, según la Biblia, se trata de un período de angustia y maldad sin precedentes, justo antes del fin de los tiempos.

Y, sin planificarlo, tuve el privilegio de estar cerca de los obispos venezolanos durante su permanencia en Roma, del 6 al 15 de septiembre de 2018. La providencia divina me permitió estar en el sitio indicado, en el momento indicado, para recoger sus testimonios y ayudar a describir esa “gran tribulación”. Entre ellos, destacó la voz firme y valiente de monseñor Roberto Lückert León. A continuación, la segunda parte de la entrevista…

– El Papa Juan Pablo II advirtió: “Grave es la responsabilidad de las ideologías que proclaman el odio y el resentimiento como motores de la historia”. Chávez potenció su vínculo con el pueblo a través del resentimiento.

El presidente Chávez era un hombre con problemas sociales. Llegó al poder con un resentimiento social muy grande. Entró por casualidad en las fuerzas armadas, pues dicen los que saben que no tenía capacidad. Yo pienso que ese resentimiento social lo llevó a buscar enemigos donde no los había. Tenía un gran odio por lo que él llamaba la oligarquía, los empresarios. Por ejemplo, hizo todo lo posible por expropiar la empresa que producía el aceite Diana y, cuando se apropió de ella, incluso cambió el diseño del logo al color rojo. Ahora anda a ver si tú consigues aceite Diana en los anaqueles de Venezuela. ¡No hay! Él creía que manejar un negocio era posible con gente que no sabe de eso. Metió a cualquier persona allí solamente porque se vestían de rojo y creía que con eso iba a resolver el problema. ¡No! Han fracasado y seguirán fracasando porque no entienden lo que es una empresa y cómo se gerencia una empresa.

– Según el papa Francisco, frente a la cultura del fragmento es necesario, aún más en tiempos difíciles, no favorecer a aquellos que buscan capitalizar el resentimiento, profundizar el olvido de nuestra historia compartida o alegrarse de los lazos debilitantes, manipular la memoria, comercializar falsas utopías”. Bajo esta premisa, ¿es posible cambiar la situación del país enfrentando solo el problema económico?

No, el cambio tiene que ser amplio. No solamente el aspecto político, el aspecto económico, el aspecto social, el aspecto de las cárceles. Nos han puesto presos a los estudiantes que protestaban, le han inventado delitos que no han podido probar, ¡hasta cuándo mienten! Las cárceles están llenas de gente que son torturadas con métodos cubanos. No puedo aceptar que las personas sean torturadas por motivos políticos, que por razones políticas te persigan y te pongan preso, ¡no lo puedo entender! Además, el expresidente Chávez le dio libertad a los militares para que optaran por la política, les permitió que votaran. Los curas y los militares no podemos tener actividad política. Yo sé por quién voy a votar, yo tengo mi conciencia política desde que era muchacho, fui fundador del movimiento juvenil del partido Copei, pero de ahí a que yo haga actividad política en Copei, ¡no! ¡No lo debo hacer!, porque yo soy pastor de los copeyanos, de los adecos, de los comunistas, de los chavistas, yo no puedo parcializarme con un grupo. En este cambio, la política de Venezuela debe ser mucho más amplia…

– Importantes organizaciones internacionales tienen en la mira a altos funcionarios públicos venezolanos porque tienen vínculos con la criminalidad organizada y el narcotráfico; ¿es posible negociar una salida con personajes de este tipo?

En los tiempos en que intentamos la vía del diálogo, hubo monólogos, a través de los cuales el gobierno quería proponer lo que quería y la oposición actuaba de la misma manera. Hay cosas comunes en las cuales se puede dialogar; pero, así como se está haciendo no. El gobierno quiere imponer su diálogo a su modo y a su estilo sin respetar la otra parte, entonces se diluye el plan de diálogo. Entonces hablan de diálogo, ¿diálogo de qué? El gobierno tiene el síndrome de Buda, ¿cuál es? Mirarse el propio ombligo y el único ombligo bonito es el de ellos, los demás no tienen ombligo.

– Los hechos demuestran que el pueblo venezolano está secuestrado; ¿cómo puede una persona secuestrada liberarse de sus captores por sí sola?

No, ¡es imposible! Si estoy secuestrado, ¿cómo puedo ser libre? A no ser que me den una escopeta para poderme defender y eso no es lo que queremos los venezolanos. Fíjate que son tan mentirosos que dicen que los muertos que hubo en abril los hizo la oposición, ¿con que armas? Si los únicos que tenían armas eran ellos. Y fíjate que la misma estructura e información de abril del año pasado en Venezuela aplica ahora en Nicaragua, la misma, supuestamente los únicos que mataron fueron los de la oposición. ¿Cómo? ¿Con piedras? Los que tenían armas eran ellos, no la oposición.

– En este punto, ante tantas injusticias, ¿sería justificable si un día los venezolanos decidieran tomar la justicia en sus manos?

No, pero la impunidad hace que se cumpla ese mandamiento. No hay justicia para los que cometen delitos. El “presidente eterno”, como llaman a Chávez, prometió anclarnos en el mar de la felicidad cubana y hoy estamos realmente anclados a Cuba, porque en ese país inventan los delitos cuando quieren hacerte acabar en la cárcel. ¡Aquí estamos igualitos! Este gobierno ha neutralizado al pueblo, encarcelando a tantos alcaldes y líderes de la oposición. Luego, la ministra del Poder Popular para el Servicio Penitenciario venezolano, Iris Valera, estableció la prohibición de ingreso de los obispos en las cárceles de Venezuela. Pero aquí son los pranes [jefes de pandillas] quienes mandan dentro de cada cárcel, son ellos quienes me autorizan a entrar para ver con mis propios ojos la situación.

– Dado su testimonio, es evidente que Venezuela se encuentra en las tinieblas. ¿Se puede lograr un acuerdo entre el bien y el mal para sobrevivir a este periodo de «gran tribulación»?

Y que gane el bien y no el mal. El mal siempre es negación del bien y no sé cómo podemos entendernos entre el bien y el mal de forma que podamos llegar a una conclusión de bienestar. Yo creo que sí debe haber diálogo, si el gobierno quiere verdaderamente dialogar de forma positiva, porque en este momento el gobierno está enredado, muy enredado, no tiene soluciones a los problemas del país.

– ¿Y cuál sería el camino que seguir para alcanzar la luz?

Venezuela es un gran país. Dios fue grosero con Venezuela, dándonos tantas cosas buenas: riqueza abundante, la juventud que tenemos que se nos está yendo, agua por todas partes, tenemos mucho para salir adelante. Venezuela no es un país pobre y tenemos gente muy bien preparada. Entre las cosas que se nos regaló el día que nos bautizaron es la fe, el amor y la esperanza, no podemos perder la esperanza de que vamos a salir de esto. La gente dice que tenemos que rezar, pero acordarte de lo que decía tu mamá y la mía: a Dios rogando y con el mazo dando.

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