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Verástegui: «No al aborto, el pueblo mexicano es provida»

Los movimientos proaborto hacen una “propaganda disfrazada de humanismo”, pero es suficiente ser “consciente e informado” para saber que “no se puede eliminar un bebé que crece en el vientre de su madre”. La Brújula Cotidiana entrevistó al actor y cineasta mexicano Eduardo Verástegui, quien estuvo de gira en su país para presentar la película provida «Inesperado» y ayudar a las mujeres embarazadas. Pero mientras tanto, los planes del gobierno de Obrador para legalizar el aborto en México continúan.

MARINELLYS TREMAMUNNO / BRÚJULA COTIDIANA

Andrés Manuel López Obrador está decidido a legalizar el aborto en México. Ya lo había anunciado el año pasado, pero hoy ya es un riesgo inminente. Un documento que se ha filtrado recientemente a la prensa local confirma que en los próximos días se presentaría al Congreso de la Unión un nuevo Código Penal Nacional que remplazaría todos los códigos penales regionales y que omite deliberadamente la penalización del aborto. La noticia ha desencadenado la protesta virtual de los mexicanos y la etiqueta #NoAlCodigoOlga (haciendo referencia a la proponente del texto, la secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero) se convirtió en tendencia en Twitter este 22 de enero.

Como un plan bien orquestado, a principios del año un grupo de mujeres realizaron un desagradable performance a las afueras de la Catedral Metropolitana para exigir que se legalice el aborto a nivel nacional. Pero no todo está perdido y lo demostró el actor, cineasta y activista por los derechos humanos Eduardo Verástegui, que recorrió los 32 estados mexicanos presentando la película “Inesperado”, convirtiéndose en un movimiento nacional por la vida.

Verastegui busca canalizar ayudas a madres con embarazos inesperados, para evitar que vean el aborto como una solución. La cinta narra la historia real de Abby Johnson, ex directora de una clínica de la multinacional Planned Parenthood, a cuyo cargo se realizaron más de 22 mil abortos, incluyendo dos de ella. Johnson renunció a aquella organización luego de ver por ultrasonido a un bebé defendiéndose durante un aborto.

“Inesperado” llegó a cientos de miles de espectadores en todo México con un mensaje provida, justo cuando el gobierno nacional intenta legalizar el aborto. Por eso en la Brújula Cotidiana conversamos en exclusiva con Eduardo Verástegui.

Al momento el aborto es legal solo en Ciudad de México y en el estado sureño de Oaxaca, en donde está autorizado hasta las 12 semanas de gestación, ¿por qué decidió recorrer el país con esta gira?
Porque en cada rincón de nuestro bello país existen mujeres en situación de vulnerabilidad que necesitan ser escuchadas y a las que queremos decirles “no están solas; somos muchos los que podemos darles nuestro respaldo”. Tan es así, que la gira terminó convirtiéndose en un movimiento nacional por la vida. Y hay más: creamos un call-center (WhatsApp 5536-778518) que reúne a 510 instituciones, a través del cual se pudo canalizar ayuda a más de 7 mil mamás con embarazo inesperado. Su pedido de ayuda para no abortar reafirma que la mayoría de nuestro pueblo elige defender la vida. Y esa ayuda fue posible gracias a la gira de “Inesperado”.

En un pueblo profundamente católico como el mexicano y en donde los movimientos en defensa de la familia han sido importantes, ¿por qué cree que ha sido posible el surgimiento los movimientos feministas proaborto?
Los movimientos en defensa de la familia trabajan en México por la vida porque se basan en evidencias claras, científicas, de salud, de Derecho y más. Y lo han hecho con gran resultado: fíjese que 30 de 32 estados mexicanos han dicho no al aborto; sólo en 1 se aprobó hace 10 años y en otro se retorció la aprobación en contra de la Constitución. No sólo eso: según la encuesta publicada en 2019 por “El Financiero”, la mayoría del pueblo mexicano es pro vida y dice no al aborto. A todo esto, quienes promueven el aborto no necesariamente son grupos feministas. No etiquetemos. Creo que son grupos de intereses y debemos ser claros al respecto. El feminismo no es sinónimo de “proaborto” sino que se trata de otra realidad. Creo que muchas de las banderas feministas son muy justas porque a lo largo de la historia, se han cometido muchas injusticias contra las mujeres y contra su dignidad, sus derechos.

Además, me gustaría aclarar que decir no al aborto no es una cuestión que se circunscriba al pueblo católico. Por el contrario, decimos NO al aborto porque existen pruebas científicas contundentes que demuestran la existencia de vida desde la concepción. Una vida que es también una persona. A partir de allí, católicos, ateos, judíos, protestantes, musulmanes, budistas, no importa quién, digamos solamente seres humanos conscientes e informados, tenemos la convicción de que no se puede eliminar un bebé que crece en el vientre de su madre, tanto como no se puede eliminar a ningún otro ser humano, independientemente de su edad. La única diferencia entre el bebé que se prepara para su alumbramiento, y usted o yo, es la edad.

Usted aseguró que los promotores del aborto tienen sus metas claras para México y catalogó estos movimientos como “propaganda disfrazada de humanismo”, ¿por qué?
Porque es claro que no hay derecho a la muerte sino a la vida, pero las cosas están al revés… Se ha disfrazado al aborto de derecho humano y no es ni derecho ni humano matar a un ser, una persona indefensa; lo han disfrazado también de “salud reproductiva”. ¿Salud? ¿Qué es salud y qué significa “reproductiva”? Justamente, todo lo contrario que aborto. Eliminar a un bebé en el vientre de su madre no es ni saludable ni reproductivo, al contrario. Y así, si analizamos la retórica abortista frase por frase, encontraremos que hay muchas mentiras disfrazadas de verdad. Los promotores del aborto tienen sus metas claras para México: lograr que se legalice como “derecho” en todo el país, para los 9 meses de embarazo. ¿Cómo? Su estrategia es ir estado por estado, procurando la aprobación del aborto hasta las primeras 12 semanas de embarazo, con propaganda disfrazada de humanismo. Es así como lo lograron en Ciudad de México hace 10 años. Luego, pasar de 12 a 24 semanas, hasta llegar a que sea legal durante los 9 meses, tal como acaba de suceder en New York.

Según su criterio, ¿a quién benefician los abortos?
Los abortos no benefician a nadie. Más bien, acaban con la vida de millones de seres humanos irrepetibles, únicos, que venían a este mundo a cumplir su misión y a darnos a todos su riqueza. En cambio, por medio de esta guerra sucia, de esta verdadera masacre, el aborto termina con millones de inocentes. ¿Cómo puede eso ser un beneficio para alguien? ¿Cómo puede eso beneficiar a la humanidad? Ahora, si nos referimos a ganancias económicas, es otra cosa. Pero son réditos económicos, no beneficios. ¿Sabe cómo define la RAE al término “beneficio”? “Bien que se hace o se recibe”. Habla del bien. ¿Y qué es un bien? Parece que todos lo sabemos, pero… Bien es la perfección debida a un ser de acuerdo a su naturaleza. Aquello que lo complementa o perfecciona. Entonces, ¿cómo podría el aborto ser ese bien?

El Consejo Nacional de Población asegura que la mayoría de los abortos en México corresponden a mujeres menores de 25 años, muchas de las cuales aseguran que carecen de los recursos económicos para mantener a un bebé. ¿Cómo se pueden ayudar a estas jóvenes madres para que no piensen en el aborto como una solución?
El aspecto económico jamás debería ser argumento para terminar con la vida de alguien. Ni desde el punto de vista de las ganancias, me refiero a la industria del aborto y sus bolsillos llenos; ni desde el punto de vista de la pobreza como argumento para inducir a una madre en situación de vulnerabilidad a deshacerse de su bebé, del hijo que lleva en el vientre. Lo que le sobra a este mundo son recursos económicos, pero están distribuidos según la avaricia o los intereses de sectores. Que esa riqueza esté mal distribuida es otra cosa. Cambiemos las circunstancias de lo que provoca la pobreza extrema, pero no por medio del aborto, porque eliminar a las personas jamás ha sido la solución. Decir “sí a la vida” requiere de iniciativas legislativas que ayuden a la mujer vulnerable con verdaderas alternativas ante el aborto. Por ejemplo, ayuda concreta en materia de emergencias obstétricas para disminución de la mortalidad materna y auxilio ante la pobreza; atención alimentaria, educación en salubridad y controles del embarazo; presencia estatal en materia de vivienda y de salud para los bebés en sus primeros 1000 días de vida contando desde la concepción; educación para las madres para que tengan un proyecto de vida que las impulse a crecer y a defender a sus hijos e todo momento; mejoras en las leyes de adopción. Y la lista continúa.

¿De dónde nace su interés por luchar contra los abortos?
Surge hace muchos años, cuando me preparaba para hacer el papel de José en la película “Bella”. José salva la vida del bebé que espera una compañera de trabajo en situación de vulnerabilidad. Para meterme en personaje, como buen actor de método, fui a clínicas abortistas a hablar con mujeres que buscaban esa opción, para entender qué pensaban. Allí conocí a una joven embarazada, hablamos largo rato, le ofrecí ayuda e incluso hasta le ofrecí adoptar a su bebé para que no lo abortara. Por hablar conmigo, la joven perdió su turno para concretar el aborto. Pasaron los meses, seguí preparando la película y un día me llamó el esposo de esa muchacha. Había nacido el bebé y querían llamarlo Eduardo: “gracias por salvar la vida de nuestro hijo”, me dijeron. Recuerdo que lloré mucho en ese momento y cuando fui a verlos alcé a Eduardito en mis brazos y mientras él me miraba y yo lo miraba, supe que lucharía toda mi vida por otras vidas como la suya. Desde entonces, he seguido con esto. De “Bella” a “Inesperado” han pasado años, y la convicción no ha parado de crecer.

¿Qué planestiene para su película para este año? ¿Tiene en mente otras acciones para reforzar este movimiento por la vida en México?
El plan ahora es llevar la película a todos los rincones de México, a donde aún no hemos llegado, para que la vean más jóvenes especialmente. Hay una buena noticia: somos mayoría los que estamos a favor de la vida. El ruido de quienes apoyan el aborto puede confundir, porque ciertamente, están más organizados y tiene un fuerte marketing. Pero sabemos que México tiene un hondo fundamento y una fuerte convicción a favor de los derechos humanos. Y el primero de estos es la vida misma, pero necesitamos trabajar de manera más organizada, por medio del Movimiento Viva México, que surgió impulsado por la gente durante la reciente gira de “Inesperado”, trabajaremos para fortalecer valores actualmente puestos en tela de juicio, como la familia que es la base de toda sociedad sana. Creemos profundamente en la importancia de defender la vida de todos, no solamente la de algunos. Porque ningún mexicano está de más, todos cuentan. El debate del aborto nos lleva a definir en qué sociedad queremos vivir, qué tipo de país queremos ser: ¿uno que descarta personas o que las incluye? Nosotros elegimos incluir.

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