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“Papa Francisco visitará una Colombia polarizada”

Marinellys Tremamunno / Corresponsal de YI en Roma

El Papa Francisco viajará a Colombia del 06 al 10 de septiembre, específicamente visitará Bogotá, Villavicencio, Medellín y Cartagena. Un viaje histórico que estará marcado por la coyuntura de la aplicación de los acuerdos de paz con las Farc y que han polarizado al país. Para entender la importancia de la presencia del Santo Padre en este contexto, Yo Influyo entrevistó a Monseñor Octavio Ruiz Arena, secretario del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización y arzobispo de Villavicencio.

Soy Marinellys Tremamunno y me encuentro acompañada de Monseñor Octavio Ruiz Arenas, secretario del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización. Su excelencia quisiera que nos contara sobre este viaje que está en programa del Papa Francisco para Colombia el próximo mes de septiembre, ¿cuáles son las expectativas?

Bueno sin duda alguna todo el pueblo colombiano tiene una gran expectativa por esta visita del Papa Francisco por muchas razones, una de ellas porque se está viviendo un proceso de paz que inició hace algunos meses, en un momento en el que hay una gran polarización en el país y en donde se espera que la palabra del Papa ayude a vencer esas dificultades y esa polarización, y que todos entendamos de una u otra manera que tenemos que dar un primer paso. Un primer paso que ya se dio, que podrá ser criticado, que podrá tener muchos vacíos, pero es un primer paso para que haya menos secuestros, para que se comience a pensar cómo erradicar aquellas causas que llevaron inicialmente a mucha gente a pensar que sólo con la lucha armada se lograba la pacificación o la justicia en el país. De manera que es un momento importante, una palabra del Papa llena de fe, animando, recordando que la paz es un don de Dios, que todos tenemos una gran responsabilidad para ser constructores de paz. Una paz en donde haya reconciliación, en donde haya perdón, en donde haya mucha misericordia.

Y justamente la Conferencia Episcopal Colombiana ha tenido un rol protagónico en este proceso de paz, acompañando no sólo a las víctimas sino también a los guerrilleros que se está incorporando en estas zonas de paz. ¿Nos puede comentar este proceso? ¿Qué ha sido lo más difícil que han tenido que enfrentar los sacerdotes colombianos?

Bueno sin duda alguna hay que tener en cuenta que la iglesia ha acompañado siempre todos los procesos de paz que se han intentado realizar, que ha tenido una presencia para buscar el diálogo y la reconciliación. Pero ahora en el que los guerrilleros comienzan a reincorporarse en la sociedad civil, entrando a aquellas zonas venerales en donde estarán concentrados, pues se necesita que los párrocos que son líderes de esas pequeñas comunidades que van a acoger a las personas puedan ayudar a que haya respeto, a que haya una actitud de acogida, de encuentro, y que realmente puedan explicar a la sociedad civil que van a cumplir una tarea de mucha responsabilidad para la patria, para la misma iglesia y que por lo tanto es importante que el sacerdote, en su papel de líder religioso ayude continuamente a la población y también a los ex-guerrilleros a que puedan encontrar una relación de paz, de diálogo, de ayuda mutua, de misericordia, de reconciliación.

Sabemos las críticas que han habido entorno a los acuerdos de paz. ¿Qué le dice a esas personas que ven con bastante desconfianza este proceso? ¿Es posible hablar de reconciliación?

Yo creo que no podemos cerrar las puertas para que haya reconciliación y tenemos que hacer entender a las personas que si no están de acuerdo con lo firmado, sin embargo hay que estar de acuerdo con que es necesaria la paz. Que ya se dio un primer paso y como le digo puede ser criticable, pueden ser criticables muchos puntos, pero lo importante es que ya se está caminando y que entonces tenemos que entender cómo nos apoyamos para mejorar esa realidad, para caminar todos en búsqueda de la paz. Que no sea simplemente una cuestión de un sentir político de un grupo o de otro, sino de recoger ese anhelo del pueblo colombiano y entre todos lograr esa realidad. Ya se dio ese paso, ya es algo irreversible, pero tenemos entonces, por lo tanto, que ver cómo mejorarlo, cómo buscar una verdadera integración, cómo lograr un diálogo, pero sobre todo cómo erradicar las causas que llevaron a Colombia a una situación de tanta violencia.

Hablando de violencia, no sólo Colombia, México, Venezuela, diferentes países de América Latina sufren por el problema de la violencia, el narcotráfico. ¿Cuáles son los desafíos de su Consejo Pontificio ante estas dificultades que vive América Latina? ¿Es posible reducir la violencia a través de la evangelización?

Sin duda alguna la evangelización sirve para que en el encuentro con Cristo entendamos que tenemos que buscar la justicia, tenemos que buscar la paz, tenemos que erradicar la corrupción, etc. Y que todo esto nace del profundo deseo de saber que encontrando a Jesús yo debo tratar de vivir como él; y si vivimos como el Señor, siendo honestos, siendo justos, siendo fieles a nuestros compromisos, si luchamos verdaderamente por la justicia, si somos misericordiosos, cambiaríamos la sociedad. De tal manera que los valores que parten del Evangelio, sin duda alguna ayudarán a la construcción de una sociedad igualitaria, una sociedad en donde todos podamos considerarnos hermanos.

Esperamos que así sea, muchísimas gracias su excelencia. Esto es desde Roma, Yo Influyo… 

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