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Lo fundamental de Amoris Laetitia es la pastoral del camino

Por Marinellys Tremamunno para YO INFLUYO (México)

“Amoris Laetitia”, en español significa “la alegría del amor”, un nombre que nos introduce sabiamente en el corazón de la nueva visión pastoral que propone el Papa Francisco a través del texto de su Exhortación Apostólica.

Yo Influyo entrevistó en Roma al padre Alejandro Díaz García, oficial del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, quien nos da luces de cómo interpretar sus líneas y nos habla sobre los retos que según su punto de vista debe enfrentar la Iglesia católica bajo el pontificado de Jorge Mario Bergoglio.

¿Qué opinión tiene sobre este documento?

Es una bendición tener este documento. El Papa lo redacta como una conclusión de unos buenos años de reflexión de toda la Iglesia. A mí me parece un documento que ilumina muy bien la realidad de la familia en estos tiempos y sobre todo es muy esperanzador, porque lo que el Papa quiere es inyectar vida a las familias recordándoles que el amor es un camino para la felicidad, y de allí el nombre de la Exhortación “Amoris laetitia”. Es decir, que el amor es un don de Dios y un camino para la felicidad.

¿Cómo ha sido recibido el documento dentro de la iglesia, visto que toca temas bastantes delicados?

Es un documento, como el mismo Papa lo dice en la introducción, es como un poliedro. Se tocan todos los aspectos de la vida de la familia. Yo considero que es prácticamente un texto sapiencial, en la manera como está escrito, es el Papa que habla como un viejo sabio, desde su gran experiencia, con mucho realismo. El Papa sabiamente ha logrado recoger todas las discusiones que se suscitaron en la Asamblea Sinodal y yo pienso que todos pueden quedar contentos con esta Exhortación Apostólica porque todos los temas son tratados, iluminados, afrontados, y el Papa logra dar una palabra pertinente a cada una de estas realidades. Lo que el Papa dice fundamentalmente es que el amor matrimonial es un camino; y si es un camino, se realiza por etapas. Todas las parejas tienen que hacer este camino de perfección, de crecimiento, de maduración; eso hay que comprenderlo muy bien y hay que saber acompañar las distintas etapas de ese camino.

Ante este documento, ¿cuáles serían los retos que tiene frente a sí la Iglesia católica?

En el Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización sentimos un llamado a promover más la familia como objeto de la evangelización. Es decir, tenemos que volver a colocar a Jesús en el centro de la familia y en todo ese camino del amor, que comienza desde el noviazgo, se realiza en el sacramento y luego se perfecciona a lo largo de toda la vida. Para nosotros ese va a ser un reto importante y, en general, para la Iglesia. Yo pienso que está el reto de la conversión pastoral en todo lo que hace referencia a la pastoral familiar. El Papa dice que no se trata simplemente de presentar el ideal del matrimonio porque está la realidad concreta de las familias; pero tampoco nos podemos quedar simplemente en la realidad de las familias sin dejar de soñar con el ideal. Por eso está la realidad de un camino, un camino gradual, y la pastoral familiar tiene que saber adaptarse para acompañar, para ayudar en el camino de amor y de fe de las parejas. Yo pienso que también es un reto para todas las familias, las parejas pueden encontrar en este texto una serie de consejos muy prácticos para crecer en el amor. Y finalmente, dadas las condiciones del tiempo presente, el Papa invita a todas las comunidades eclesiales a dar una atención muy especial a las familias heridas, a las familias que se encuentran en situaciones difíciles y que muchas veces necesitan apoyo. ¿Dónde lo tienen que encontrar en primer lugar? En la misma comunidad cristiana.

¿Podríamos decir que la intención del Santo Padre es que los miembros de la Iglesia católica salgan un poco de los conceptos ideológicos ideales y se acerquen más a las realidades? ¿Desea una Iglesia de calle?

No es tanto salirse de los ideales y de los conceptos teológicos, porque también son importantes, tienen su fundamento al fin y al cabo en el Evangelio. El problema es el modo. El Santo Padre dice que en el modo como proponemos las cosas podemos parecer demasiado legalistas, demasiado lejanos de la realidad concreta, y descuidamos la situación personal de las parejas, de las familias. Lo fundamental pienso que es ese llamado del Papa a un justo equilibrio entre el ideal del matrimonio y la situación concreta que vive cada pareja, cada familia; y por eso, la categoría o el término que crea ese equilibrio entre ideal y la realidad en la vida es “camino”, un camino gradual; y hay que hacer entonces una pastoral del camino, no una pastoral romántica de los ideales solamente, no simplemente una pastoral casuística de las situaciones concretas, una pastoral del camino que les permita a las parejas pasar de su realidad concreta a la realización del designio del proyecto de Dios sobre ellas.

¿Qué mensaje pudiera darles a las personas que necesitan esa medicina espiritual del acercamiento de la Iglesia?

Los capítulos IV y V de la Exhortación Apostólica me parecen que pueden ser muy iluminadores para todas las familias, para todas las parejas, porque el Santo Padre trata de desglosar y de explicar cómo se vive el amor y habla de una serie de virtudes que deben caracterizar el amor cristiano: la paciencia, el perdón… Son páginas realmente bellas que pueden recordar a las personas la grandeza del amor como camino hacia la alegría y la felicidad…

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