Gabriela Montero: “El silencio no es una opción”
La recocida pianista venezolana, ganadora del Grammy Latino al mejor álbum de música clásica (2015), y conocida por su batalla contra el régimen “chavista”, hizo una pausa en sus obligaciones para compartirnos sus reflexiones sobre Venezuela
Por Marinellys Tremamunno para Diario Los Andes (Venezuela)
“Hoy en día, viajo 180 días al año. Doy entre 70-80 conciertos al año. Tengo la dicha de ser invitada por las más grandes salas y orquestas de mundo. Pero, de aún mayor importancia es que, paralelamente, mi país arde en un infierno de corrupción, de violencia, de narcomafias y de absoluta impunidad”.
Estas palabras fueron escritas el pasado 17 de febrero en una carta pública de Gabriela Montero, prestigiosa pianista venezolana conocida en innumerables escenarios del mundo por sus brillantes interpretaciones del repertorio clásico para piano y por su gran talento para la improvisación, que le permite una conexión especial con su público. También son conocidas sus constantes denuncias en defensa de los derechos humanos en Venezuela, no en vano ha sido nombrada Cónsul Honoraria por Amnistía Internacional.
Pero su lucha también ha tenido sus sacrificios, pues desde hace 7 años no pone un pie en tierras venezolanas y no piensa hacerlo “hasta que caiga esta dictadura”, asegura. Y, ¿qué mueve a Gabriela Montero a exponerse en primera persona por Venezuela?
“Yo creo que el artista, precisamente por tener un micrófono en mano, puede hablarle al mundo. Yo tengo mucha visibilidad por mi trabajo como pianista y sentí hace 7 años que era mi deber como ciudadana y como ser humano denunciar esta situación, que se veía cada vez más dramática. Para mí es un tema que va más allá de la política. Decir que se trata de un tema político y que como artista no me involucro, es una excusa bien débil porque estamos hablando de una crisis que afecta la vida de millones de venezolanos y sus familias, incluyendo la mía. Hay artistas que buscan escudarse y yo creo que desde hace mucho tiempo todo venezolano, independientemente del trabajo que realice, tiene que ver cómo denunciar lo que está sucediendo en Venezuela”.
-Luego de estos 7 años de denuncia, en donde la situación ya ha llegado a niveles de crisis humanitaria, ¿cómo ves Venezuela? ¿Alguna vez pensaste que podíamos llegar a estos niveles?
-No, yo creo que todos estamos muy sorprendidos. El venezolano tiende a decir no vale yo no creo. Y lamentablemente nadie estaba preparado para los niveles de barbarie que se ven en Venezuela, para el hambre, para las muertes por falta de medicinas. Realmente la situación no tiene nombre y tampoco se conocen ejemplos parecidos a lo que pasa en Venezuela.
-Decías en tu carta pública que “el silencio no es una opción al sufrimiento”. ¿Qué dices a esas personas que tienen tu misma visibilidad y que aún no han fijado una posición?
-Yo creo que en la vida hay que fijar posiciones y hay que ser empáticos con lo que sucede en la sociedad. En el caso de nuestro país la situación ha sido tan dramática que yo creo que ya nadie se puede dar el lujo de permanecer en silencio, porque además el silencio es una posición en sí, es una posición conveniente, se puede decir hasta cobarde y cómplice. Yo rechazo fuertemente cuando una persona dice a mí no me ha afectado y yo no voy a hacer nada, porque tienes que mirar a tu alrededor y ver los millones de venezolanos que han sido afectados, las familias fracturadas, las muertes, los asesinatos.
-¿Qué nos falta para poder superar esta crisis?
-Creo que ha llegado la hora de que todo venezolano se involucre y aporte. Pero no sólo pensando positivamente sino también con la acción. Ser activos para generar ese cambio que se necesita y a veces eso significa denunciar, protestar. A veces también significa estar en silencio y no permitir que te usen para ser parte de la maquinaria. Un régimen sin dependientes no existe.