LA RUINA DE VENEZUELA
Roma, 10/06/2012.- Las heridas abiertas en Venezuela se agrandan. Por lo menos, esa es la visión de la autora de este artículo, tras regresar recientemente de una visita a su país. Con un presidente, Hugo Chávez, que lo gobierna casi a distancia, con la delincuencia más que disparada y la corrupción galopante, el estado sostenido por los dólares del petróleo se prepara para las elecciones del próximo mes de octubre con un presente incierto y un futuro desalentador. ¿Tiene salvación la que llaman «república bolivariana»?
Por Marinellys Tremamunno para GEA PHOTOWORDS
La felicidad de regresar a mi querida Venezuela luego de más de dos años en Europa, rápidamente fue oscurecida por la imagen de la pobreza. Lo primero que mis ojos vieron desde el avión fueron los barrios pobres en las cercanías del aeropuerto de Maiquetia; nuestros cerros cubiertos por los “ranchos”, casas construidas de forma ilegal en donde las personas viven apiñadas, sin servicios básicos ni seguridad. La imagen de nuestra pobreza me recordó que jamás ha existido una “revolución” en Venezuela, al contrario, es la prueba de que la mal llamada por Chávez “Venezuela Bolivariana” es tan solo una fábula que se diluye con el tiempo.
Luego de pocos minutos del aterrizaje me invadió una terrible sensación de ansiedad mezclada con inseguridad. Como bienvenida escucho las historias de terror sobre la criminalidad desbordada contadas por el taxista: hace pocos días fue asesinado un joven en el estacionamiento del aeropuerto, mientras esperaba a su novia que regresaba de viaje. “Si Chávez hiciera respetar las leyes solo un 10% de como son respetadas en los Estados Unidos, seriamos una potencia mundial, tenemos de todo”, expresó el conductor del taxi y me hizo pagar el doble de lo que me cuesta el mismo traslado en Roma. Absurdo en un país petrolero como Venezuela, en donde es posible llenar el tanque de gasolina del coche con menos de 1 euro.
El problema de la inseguridad desbordada y la inflación están destruyendo la calidad de vida del pueblo venezolano. Hasta la mitad del mes de abril, solo en la ciudad de Caracas se habían contabilizado extraoficialmente más de 1.300 asesinatos. El resultado: mientras el boom petrolero de los años ’30 nos había convertido en un país receptor de inmigrantes en busca de una mejor vida, la última década, con Hugo Chávez de presidente, nos transformamos en un pueblo de emigrantes. Muchos venezolanos en edad productiva se han visto obligados a dejar su tierra con la esperanza de encontrar más oportunidades y calidad de vida en el exterior. Aquí la razón de mi llegada a Italia en el 2009, cuando decidí dejar a mi querido país luego del cierre de mi periódico “Tras La Noticia“.
Como la mía, abundan historias de venezolanos emigrados a todas partes del mundo. Toda una generación de talentos fugados. Durante mi última estadía en Caracas el pasado mes de mayo, percibí un pesado ambiente de desorden, tristeza y abandono. Faltan menos de 5 meses para las elecciones presidenciales y la cotidianidad venezolana gira en torno a los misterios de Chávez, entre los que destaca su enfermedad y la posibilidad, cada vez más real, de que no pueda participar como candidato por su incapacidad física.
TELEGOBIERNO
Desde mayo del 2011, el presidente venezolano ha pasado buena parte de su tiempo en Cuba ocupado con los tratamientos médicos en contra del Cáncer. Ha realizado 10 viajes que suman 107 días en territorio cubano, eso se traduce en 30% del tiempo fuera del país este último año, dirigiendo Venezuela como si tuviese un control remoto y usando twitter como medio interlocutor. La ausencia del Presidente de la República es evidente. Inflación, caos en las cárceles, escándalos por participación de funcionarios del gobierno en las redes de narcotráfico internacionales, secuestros, y decenas de problemas más.
La organización alemana Transparencia Internacional asegura que Venezuela en el 2011 ocupó el puesto 162 del índice de percepción de la corrupción (IPC) en la lista de los 180 países estudiados con un IPC de 1,9%, siendo uno de los países de latinoamérica percibido como más corrupto, apenas unos lugares por delante de Haiti con un IPC de 1,8%; y la Revista The Economist afirma que ocupamos el segundo lugar en el índice mundial de miseria del año 2011. En el primero se ubica Macedonia y en el tercer puesto Irán.
En paralelo, Hugo Chávez intenta resistir con sus movimientos estratégicos la carrera electoral y la lucha contra el Cáncer. El pasado 30 de abril anunció la creación de un Consejo de Estado (un órgano consultivo del gobierno previsto en la Constitución de 1999), con el periodista y ex vicepresidente José Vicente Rangela la cabeza, un viejo lobo de la política venezolana que tiene un pie en la “revolución bolivariana” y otro en la vieja república.
Oportuna la pregunta: ¿consejo de transición?… otro misterio. La fecha límite para la inscripción oficial de los candidatos presidenciales ante el Consejo Nacional Electoral de Venezuela se acerca, el próximo 11 de junio, y cada vez son más fuertes los rumores de la incapacidad física de Chávez. Ya lo confirmó ABC el pasado 2 de junio. En contraposición, un candidato joven y tenaz de la oposición recorre el territorio venezolano, Enrique Capriles Radonski, llevando casa por casa un discurso de paz y unión por el desarrollo de la nación petrolera.
Una bofetada de la realidad me puso rápidamente los pies a tierra…