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“Las palabras del papa Francisco sobre Cuba han sido muy dolorosas”

“Ya no tengo cómo defenderle en su postura hacia Cuba” aseguró el sacerdote cubano Fernando Gálvez en entrevista exclusiva con CubaNet

MARINELLYS TREMAMUNNO / CUBANET

ROMA, Italia.- Una vez más se hace sentir el sacerdote cubano Fernando Gálvez, originario de Camagüey, a través de su cuenta en la red social de Facebook. El pasado 12 de julio publicó un largo texto para expresar su “coraje e indignación”, así como su “decepción y tristeza” por las declaraciones que ofreció el líder la iglesia católica, papa Francisco, sobre Cuba en una entrevista publicada el día anterior por Univisión.

“Ya no tengo cómo defenderle en su postura hacia Cuba, ya no sé cómo ser puente entre tantos hombres de buena voluntad que quieren el bien para Cuba y la Santa Madre Iglesia a la que usted encabeza”, se lee en la publicación dirigida al papa.

Pero no es la primera vez que el padre Fernando Gálvez alza su voz: en junio del 2021 publicó una foto de Miguel Díaz-Canel con sus hijos, cuestionándolo por dirigir al pueblo cubano “hacia la miseria, la represión y la desilusión”. Como era de esperarse, recibió numerosas amenazas, hasta que el 15 de julio del año pasado tuvo que abandonar la Isla.

Ahora en el exilio, en New Jersey, aseguró en conversación con CubaNet sentirse dolido por la posición del pontífice argentino. “Escribí una carta al Santo Padre y no tenía certeza de que él la fuera a leer, pero lo hice para consolar a la gente; pues, aunque el papa lo haya hecho con la mejor de sus intenciones, sus palabras han resultado muy dolorosas”, dijo.

Cuestionó que cuando el papa fue interpelado sobre Cuba se limitara a decir que tiene una “relación humana con Raúl Castro”, que “estaba contento cuando se hizo el acuerdo con Obama” y que “Cuba es un símbolo”.

Expresó su pesar por la falta de empatía del papa con el pueblo cubano, al no considerar su sufrimiento. “Santo padre, te están preguntando por los cubanos, un mensaje para los cubanos, cómo vamos a sentirnos cómodos cuando hay jóvenes presos, cuando hay niños menores de edad presos, cuando la gente está pasando situaciones terribles en todos los sentidos”.

Asimismo, destacó que “no hay una sola cosa en Cuba que funcione bien, la policía es lo único que funciona bien en Cuba. Y el Santo Padre se limita a decir que tiene una relación humana con un dictador, con un dictador que está oprimiendo a un pueblo por más de 60 años”.

El sacerdote calificó de “ofensivas” las declaraciones del papa y explicó que su intención no es cuestionar el pontificado de Francisco, porque es un “cura de pueblo”: “Soy hijo de la iglesia y obviamente amo al sucesor de Pedro, pero obviamente amo a la gente con la cual yo también me he implicado y por la cual también he sufrido. He tenido que salir de mi tierra, entonces no puedo permanecer impasible”.

Como hijo de la iglesia, ¿qué palabras esperaba del papa Francisco?

Esperaba que el Santo Padre dijera que estaba pidiendo al señor por los presos, que estaba suplicando al señor para que pudieran salir pronto. Esperaba unas palabras de consuelo a esas madres, a esas esposas, a esos esposos, a esos hijos también. Esperaba que el papa fuese la voz que grita en el desierto, que los cubanos pudieran decir que en Roma tenemos un padre que nos defiende, que nos entiende y que sabe lo que estamos pasando. La Iglesia es el pueblo de Dios, no son las instituciones, no son los edificios, no es el nombre. Una vez un prelado me dijo: ‘estás causándole daños a la Iglesia’. No, excelencia, su Iglesia ya tiene los daños y se los hace sufrir el gobierno, no yo, yo simplemente estoy de su lado. Si el gobierno se molesta por eso es otra cosa. Si estoy causando daño a la institución y a ciertas personas de la Iglesia, eso es otra cosa; pero no a la iglesia, yo estoy con la iglesia que sufre.

¿Por qué le dijeron que estaba causando daños a la Iglesia?

Porque estoy simplemente diciendo la verdad, acompañando al pueblo, exponiendo las verdades que muchos no se atrevían a decir. Éramos cuatro o cinco curas en toda la isla intentando decir esto y en ese momento se me sitúa y se me dice no más. No más porque estás trayendo daños a la Iglesia. ¿Cuál iglesia? La iglesia está allí en las calles, es ese pueblo que está preso, que no tiene comida, ahora no tiene ni electricidad, que no tiene agua, que no tiene transporte, que no tiene libertad, que no tiene ninguna seguridad médica, porque si bien es gratuita, no hay nada. ¿De qué estamos hablando? Es un país en el que ni siquiera se puede pensar distinto porque a quien piensa distinto lo encarcelan o lo eliminan.

A continuación, reproducimos el texto íntegro de la carta abierta al papa Francisco, escrita por el padre Fernando Gálvez:

Santo Padre, Francisco:

Desde anoche tengo una “revolución” de sentimientos en mi corazón. No sé, ahora mismo, qué tiene más fuerza en mí, si el coraje y la indignación, o la decepción y tristeza por la sensación de abandono y orfandad.

Al regresar de la manifestación para conmemorar los hechos del pasado 11 de julio en Cuba me encuentro en las noticias con el fragmento de su entrevista en la que hace alusión a Cuba con ocasión de esta fecha. Santo Padre, usted, una vez más, creo se ha equivocado con Cuba.

Quisiera que todos comprendan que esa entrevista y el tema que me ocupa ahora entra en el campo de lo opinable. Hay cubanos consternados, esta es la razón por la que me siento en libertad para expresarme disonante. Lo hago como sacerdote e hijo de la Iglesia y sabiendo que somos un solo cuerpo. No estoy situado en la acera de enfrente, ni estoy cuestionando su pontificado, ni su magisterio, ni el gobierno de la Iglesia. Doctores tiene la Santa Madre Iglesia que sabrán al respecto. Yo solo soy un pobre cura, común y pecador, que lucha a diario por responder con fidelidad en medio de muchas batallas, internas y externas. Al mismo tiempo, y en medio de mi insignificancia, vibro y ardo entre dos fuegos: la Iglesia y Cuba.

Durante todo el día de hoy he recibido una gran cantidad de llamadas y mensajes para cuestionarlo y solo he podido hacer silencio y sentir vergüenza. Ya no tengo cómo defenderle en su postura hacia Cuba, ya no sé cómo ser puente entre tantos hombres de buena voluntad que quieren el bien para Cuba y la Santa Madre Iglesia a la que usted encabeza. Estoy seguro que muchos hermanos sacerdotes se sienten igual porque también me lo han manifestado a lo largo del día.

Santo Padre, sobre sus relaciones con Raúl, no queríamos saber. No era necesario, ya hasta lo suponíamos. Ya tenemos suficiente dolor. Pero una cosa permítame decirle: ese con quien usted mantiene una relación humana, nos ha demostrado a los cubanos que no conoce de humanidad.

No le mencionaré las barbaries que ha hecho durante estos más de 60 años.

Mire solamente los cientos de presos encarcelados únicamente por salir a la calle a gritar LIBERTAD. Santo Padre, algunos son menores de edad.

Mire la situación en la que algunos hermanos viven la fe, algunos hostigados y perseguidos por ser fieles a la verdad al tiempo que gastan su vida llevando el Evangelio de Cristo, ya sean laicos, religiosos, religiosas o sacerdotes.

Mire la crisis que vive el pueblo cubano por falta de alimentos y medicinas, y por la falta de libertades que atentan contra la dignidad humana. Al borde de la desesperanza.

¿Por qué no dijo nada al respecto? Santidad.

¿Eso es ideología partidista? Yo creo que es humanidad.

Hablar de otros contextos políticos es más cómodo quizás para usted por lo que le haya tocado vivir a lo largo de su vida, pero estos son sus hijos también, mírelos en su verdad, en sus condiciones reales, no en la idea que tenga de esa Cuba “símbolo”.

¿Por qué el caso de las injusticias del gobierno cubano parece quedar siempre relegadas en su agenda? ¡Cuántas veces nos hemos quedado esperando las palabras que nos devuelvan la dignidad pisoteada! Si usted, el gran Padre no nos defiende ¿quién lo hará?

Si usted nos ama como dice y desea ser un pastor con olor a ovejas cubanas, acérquese de verdad a los que no tienen voz en mi sufrida tierra, a los de la periferia. Escuche el clamor de su pueblo que muere entre las garras del Lobo que es el Partido Comunista de Cuba. No crea a las mentiras de este lobo que sabe muy bien de disfraces.

Usted tiene razón cuando dice que ya esa acusación de comunista está desfasada. El comunismo en la práctica creo que no existe, gracias a Dios. Por experiencia sabemos que solo quedan sus funestas huellas y su nombre que es utilizado por los oportunistas que necesitan un discurso que seduzca y adormezca a los pueblos para, una vez poseyéndolos, someterlos a su antojo y capricho. Eso es lo que está sucediendo en Cuba. Comprenderá entonces el dolor de los cubanos al escuchar sus palabras, a mi juicio, desacertadas.

Le suplico, en nombre de Dios y en favor del pueblo que se le ha encomendado como pastor de la Iglesia Universal, que se interese por el pueblo de Cuba, que nos mire con justicia y escuche verdaderamente a los oprimidos. Que se dé cuenta que escuchar solamente la voz de sus gobernantes y de los que tienen el mínimo garantizado es traicionar a los pobres del Señor y usted está llamando a ser su defensor.

Esta es mi súplica: Escuche a todos.

Su hijo en Cristo:

Fernando

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