“Llegará la resurreción para Venezuela”
Por Marinellys Tremamunno para Diario Los Andes (Venezuela)
La voz de los obispos venezolanos se alzó fuerte y clara el pasado jueves 18 de mayo: la Asamblea Constituyente “es innecesaria e incoveniente”, pues entre otros motivos lo que hace falta en el país es “el pleno cumplimiento de la letra y el espíritu de la actual Constitución”. Y, por sobre todas las cosas, porque “lo que reclama el pueblo es comida, medicinas, seguridad, paz y elecciones justas”.
Estas contundentes palabras son parte de la más reciente Exhortación publicada por la Conferencia Episcopal Venezolana. Un documento que una vez más deja clara la posición de los obispos ante la situación del país, sin duda una posición cercana a las angustias del pueblo. Y para conocer las dificultades de la labor pastoral de la Iglesia en Venezuela en este contexto, les presento un estracto de una reciente conversación con monseñor José Luis Azuaje Ayala, obispo de Barinas y presidente de Cáritas América Latina y Caribe.
– En este escenario de confrontación, ¿ha estado difícil la labor pastoral?
– Estamos enfrentando una situación de coyuntura y si dejamos que permanezca en el tiempo va a dañar muchísimo a nuestras comunidades. Nos esforzamos en la formación pastoral de nuestros sacerdotes y, principalmente, estamos trabajado a través de la esperanza del sufrimiento que Cristo padeció en la cruz, porque eso genera sentimientos de solidaridad y de fraternidad que impulsa a ir más allá de cualquier miedo. Es decir, no dejamos de hacer nuestra labor evangelizadora porque tengamos situaciones adversas, sino al contrario, nuestro compromiso social nos lleva a metemos de lleno en las comunidades para tratar de cambiar su realidad.
¿Cuál es la situación más difícil que ha tenido que afrontar?
-La misma situación del país, la precariedad para encontrar los alimentos y sobre todo la escasez de medicinas… Ahora todos tenemos que buscar una unidad nacional que nos permita vivir en paz, para que las personas puedan desarrollarse integralmente. Estamos en el marco de los 50 años de la “Apostolorum Progreso”, que nos enseña que el desarrollo integral es para todas las personas y ese es nuestro objetivo.
-¿Cuáles son los desafíos de la comunidad católica venezolana?
– Yo creo que, en primer lugar, debemos trabajar por el rescate de la ciudadanía. Ciertamente tenemos en nuestras venas un sentido profundo de la libertad, de la democracia, de la participación y de la paz. Yo creo que esto debemos seguirlo asumiendo y, sobre todo, como testimonio de vida, también mostrarlo a los demás pueblos. Y otro aspecto fundamental en este momento es la promoción del camino electoral, no hay ningún otro camino. El camino electoral da pie a la libertad y da pie a escuchar un pueblo que pide transformaciones en el futuro del país… Y no puede quedar de lado el respeto a la dignidad de la persona humana. Venezuela es un país hermoso, con ciudadanos, con gente que quieren aprender de sus sufrimientos y saber que siempre habrá un día de resurrección, sabiendo que tenemos que pasar por el sacrificio de la cruz, como estamos en este momento, pero tenemos confianza en Dios y sabemos que vendrá ese día de resurrección.