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El lado oscuro de los médicos cubanos en Italia

La presencia de los enviados del castrismo en Italia tiene más puntos oscuros e interrogantes que respuestas

MARINELLYS TREMAMUNNO / CUBANET NOTICIAS

ROMA, Italia. – La misión de la brigada médica Henry Reeve, que llegó a Crema (Italia) con 52 personas el pasado 22 de marzo, improvisamente llegó a su fin. El sábado 23 de mayo fueron despedidos con honores en un acto realizado en la plaza Duomo de la ciudad, con la presencia de la alcaldesa Stefania Bonaldi y del embajador de Cuba en Italia José Carlos Rodríguez Ruiz.

Un evento que fue vendido por todos los medios italianos e internacionales como el cierre de un exitoso capítulo de la diplomacia médica cubana, que “salvó la vida de los italianos” afectados por la pandemia de la COVID-19. “Fuimos náufragos y nos socorrieron sin preguntarnos el nombre ni la procedencia”, dijo la alcaldesa, una declarada comunista. Pero más allá de las bellas palabras, la presencia de los enviados del castrismo en Italia tiene más puntos oscuros e interrogantes que respuestas.

Primero, la agresiva estrategia propagandística. Un guion magistral: la llegada al aeropuerto de Malpensa con la formación militar del “ejército de las batas blancas”, exhibiendo las banderas de Italia y Cuba; el médico cubano José Enrique Ortiz sentado a la par de los médicos italianos, en un día de trabajo en el Hospital de Crema; un niño italiano -“il piccolo fans” como es llamado por la prensa- que oportunamente aparece en diferentes actos de la historia con la bandera cubana para saludar a los médicos salvadores; los aplausos y la ceremonia en la plaza para despedir a la brigada, que luego de escuchar los respectivos himnos nacionales, muestran sus habilidades bailando salsa; y el cierre con una foto del ministro de la Defensa de Italia, Lorenzo Guerini, que saluda al embajador cubano, vendiendo la idea del reconocimiento del ejército italiano al régimen de Cuba.

Lo decía Goebbels en la Alemania de Hitler, “una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”. Así, cada una de las escenas del guion comunista fue difundida masivamente por centenares de post de asociaciones cubanas en Italia ligadas a la embajada y que tienen cuentas muy activas en las redes sociales. “Estos perfiles están vinculados a unidades militares, que a su vez relanzan las mismas noticias a través de bots”, explicó el ingeniero italiano Domenico Liberati, que ha seguido con atención la información difundida en las redes por el régimen.

Esos “bots” se utilizan para simular la interacción humana, hinchando artificialmente el número de visitas o seguidores, y automatizando las respuestas para posicionar mensajes o influir en el debate público. Una acción que sufrí de manera directa, pues centenares de cuentas en Twitter difundieron la “fakenews” de la supuesta expulsión de los médicos cubanos de Italia con mi autoría, cuando era mentira. ¡Jamás publiqué esa información!

Es evidente que la estrategia era intentar desprestigiarme como periodista, luego de los artículos en italiano que he publicado explicando las irregularidades que esconden las misiones médicas cubanas y que han generado una interpelación del parlamento al canciller Luigi Di Maio. “Escribes un artículo, replican con 100, la tendencia que se genera a través de un algoritmo sobrescribe tus noticias. Usaron esta estrategia durante la fuga del tirano boliviano, ocultando los hechos y posicionando la tendencia #boliviahaygolpe durante 5 días. ¡Son muy poderosos!”, alertó Liberati.

Segundo, ¿cómo fue el desempeño de la brigada Henry Reeve a nivel sanitario? Una gran interrogante que ha sido imposible dar respuestas. De manera directa intenté verificar la opinión del personal médico italiano que trabajó en contacto con los cubanos en Crema y de la directiva de la Federación de médicos de la región Lombardía, y fue imposible obtener una declaración oficial que comprobara la versión castrista de la presunta excelencia sanitaria. En cambio, extraoficialmente pude recoger gran preocupación por la falta de preparación para asistir el trabajo de los médicos italianos, “no conocían los protocolos ni los modernos equipos tecnológicos”. La presencia de los cubanos en Italia “es una decisión política”, expresó uno de los médicos que pidió el anonimato. Incluso una periodista italiana de Crema explicó también off the record que, “ante la falta de preparación”, los miembros de la brigada nunca estuvieron en contacto directo con los pacientes graves. “Fueron utilizados para asistir en la fase de rehabilitación, cuando ya las personas han mejorado y tienen que esperar que los test sean negativos para poder ser dados de alta”, dijo.

Entonces, ¿por qué en la retórica propagandística no hay un médico italiano que brinde su testimonio y compruebe la gran excelencia profesional de la brigada castrista? Porque las autoridades sanitarias italianas están contrariadas por esta presencia y lo confirma, además, el hecho de que fue dada por terminada la colaboración de la brigada apenas fue desmantelado el hospital de campaña en donde estaban asignados en Crema. A pesar de los intentos de la embajada cubana de introducir a los presuntos médicos en labores de “asistencia domiciliaria”, con el objetivo de hacerlos permanecer en territorio italiano incluso después de la emergencia: “La alcaldesa referirá a las autoridades sanitarias la disponibilidad de la Brigada”, se lee en la noticia publicada el 23 de abril en el medio local Crema Online. Tal disponibilidad no fue aceptada.

Lo tercero y más grave: el personal sanitario cubano estuvo directamente involucrado con la Fundación “Benefacttori Cremaschi”. Una de las instituciones que actualmente está bajo investigación judicial de parte de la Procura de Cremona, señaladas por dejar morir a más de 300 ancianos, sin la debida asistencia médica. El mismo medio Crema Online informó además que los médicos cubanos trabajaron en las dos sedes de la fundación, en “via Kennedy” y en “via Zurla”, en la primera con trabajo de asistencia a pacientes que estarían por ser dados de alta y en la segunda atendiendo a ancianos que no son afectados por la COVID-19. Aquí se confirma la versión de la periodista italiana.

¿Y qué dice el gobierno italiano? La respuesta es omertá. La interpelación presentada el pasado 23 de abril por el diputado Galeazzo Bignami que exige al canciller italiano Luigi Di Maio que demuestre la transparencia de las tareas encomendadas por su despacho a la Brigada Henry Reeve y que compruebe la calidad profesional de los médicos cubanos con la colaboración de la Federación Nacional de Médicos de Italia no ha obtenido respuesta.

“Con la interpelación hemos puesto en evidencia un aspecto que hasta ahora había sido subestimado, es decir, ¿estas personas son de verdad médicos o tienen otras características que no le permitían de intervenir en la cura de los pacientes? Porque es en esto que el gobierno aún no ha ofrecido respuesta y en este tema nosotros insistiremos hasta obtenerlas”, aseguró el parlamentario italiano.

En fin, supongamos que los cubanos sí contribuyeron en la atención de la emergencia italiana, las 210 dimisiones médicas directas gracias a la acción de la Brigada en Crema, presentadas en el balance oficial de la embajada del régimen, resultan insignificantes ante las más de 140 mil personas que según las estadísticas italianas han sido dadas de alta en el país por la COVID-19 y que no tienen nada que ver con la acción del castrismo.

Sin embargo, en Italia permanece la segunda brigada que llegó el 13 de abril a Turín con 38 personas. ¿Qué sabemos de sus funciones sanitarias? Nada, las noticias emitidas por los medios italianos y por los “bots” del régimen muestran a los operadores sanitarios ocupados estudiando italiano, asistiendo en la preparación de las camas, visitando centros para indigentes o visitando los parques de la ciudad para ayudar en la organización de las actividades para niños para el próximo verano. Nada en concreto sobre la atención directa de pacientes gravemente afectados por la COVID-19.

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