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Italia lucha contra el coronavirus

Aunque fue el primer país de Europa en cancelar vuelos procedentes desde China, Instituto Sanitario Nacional declaró que el virus se encuentra en una fase expansiva y ya se cuentan 79 muertos y más de 2.000 contagiados

Por MARINELLYS TREMAMUNNO para DIARIO LAS AMÉRICAS

ROMA.- El 21 de febrero de 2020 quedará señalado como el día que marcó un antes y un después en la historia de Italia. Ese viernes Mattia, un joven de 38 años, se convirtió en el primer paciente italiano con coronavirus (el paciente 1) y desde entonces nada fue igual. Involuntariamente Mattia desveló la presencia de este enemigo invisible en la población de Codogno (región de Lombardía), ubicada al norte de del país.

Luego de diez días de crisis, este martes ha sido el día con mayor cantidad de personas fallecidas, al pasar de 52 decesos registrados hasta el lunes a 79 (27 muertos en 24 horas). Así lo confirmó en rueda de prensa el director nacional de Protección Civil Angelo Borrelli, quien precisó que actualmente existen 2.263 personas infectadas, 88% de las cuales se encuentran en el norte de Italia, en las regiones de Lombardía, Emilia Romagna y Veneto. En total, el gobierno ha aplicado 25.856 pruebas de descarte.

Mientras, Mattia se encuentra inconsciente y aislado en el Policlínico San Matteo de Pavia. No respira de forma autónoma, lucha entre la vida y la muerte, resiste al coronavirus, así como resiste todo el país. Su esposa Valentina, también positiva al COVID-19, lo espera en el hospital Sacco de Milán, en donde en un mes dará a luz su primer hijo.

Tres brotes italianos

Los últimos datos difundidos en el boletín diario de Protección Civil confirman que las personas positivas se encuentran en su mayoría en el norte de Italia, en donde han sido identificados los tres brotes de contagio: Lombardía (1.326 contagiados), Emilia Romagna (398) y Veneto (297), el resto se encuentran dispersos en el territorio y bajo aislamiento.

Basados en la tendencia del COVID-19 en Italia, se estima que en la mitad de los casos los pacientes no tienen síntomas particulares y, por lo tanto, pueden quedarse en casa tomando medicamentos para la fiebre (antipiréticos), bajo vigilancia del médico tratante. Sin embargo, hay un porcentaje significativo de personas que necesitan hospitalización, debido al empeoramiento de los síntomas, generalmente respiratorios. Uno de cada diez pacientes necesita cuidados intensivos especializados. Al momento el sistema sanitario italiano, completamente gratuito, ha resistido la dura prueba del coronavirus: existen 1.034 personas hospitalizadas con síntomas y 229 en cuidados intensivos.

Lo particular del caso italiano, es que la tasa de mortalidad ha sido del 3,4%, por encima del 2,3% estimada por el estudio más completo sobre el brote realizado por el Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades (CCDC). ¿Por qué este incremento? Porque gran parte de los contagiados, específicamente el 53%, según datos de Protección Civil, tienen más de 65 años, que son las personas más vulnerables ante este virus.

Vale recordar que, según los últimos datos de la OMS, publicados en 2018, la Esperanza de Vida en Italia es de 82,8 años y en consecuencia tiene una importante población longeva. Por eso el llamado de alerta de parte del asesor de bienestar del gobierno regional de Lombardía, Giulio Gallera: “Es cierto que el virus está muy extendido, pero el 50% lo supera sin darse cuenta y el 40% no tiene problemas serios. Sin embargo, hay un 10% que va a cuidados intensivos y casi todas las personas son mayores de 65 años. Así que invito a los ancianos a salir lo menos posible en las próximas dos o tres semanas”. En efecto, todos los fallecidos en Italia tienen más de 65 años, la mayoría incluso con un promedio de 80 años.

Un virus globalizado

Italia fue el único país de Europa que cerró el vuelo hacia y desde la China, pero poco le valió la medida, pues ahora los italianos encabezan la lista de brotes de contagios en Europa y es el tercer país con más personas afectadas en el mundo, después de Japón y Corea del Sur. Y de la información recabada en la prensa europea, se puede constatar que los focos italianos han contribuido a la veloz propagación del virus en el resto de los países europeos, en donde los primeros casos de contagio estaban conectados de alguna forma con Italia. Tendencia que se ha mantenido incluso en América Latina, específicamente en Brasil (2 contagios) y México (5 contagios): todos son casos importados, conectados con viajes realizados a la zona de los brotes en Italia.

Y así, sin saber la potencia de lo que estaban por afrontar, el 21 de febrero las autoridades italianas iniciaron una frenética carrera contra ese enemigo invisible que en sólo un par de días detuvo el norte de Italia y en una semana puso de rodillas la economía de todo el país, con pérdidas aún incuantificables. Sin duda el más afectado ha sido el sector turístico: la psicosis y las recomendaciones a no viajar a Italia emitidas por algunos países extranjeros ya se traducen en 22 millones de turistas menos en los próximos tres meses. Una caída cuantificable en un daño económico de 2.700 millones según Confcommercio.

La primera medida drástica aplicada por las autoridades italianas fue la suspensión de grandes eventos como el histórico Carnaval de Venecia y la imposición de un cerco sanitario que aisló a cerca de 50 mil personas en 11 localidades, incluso con presencia del ejército. Luego el terror trajo consigo fuertes cambios en la cotidianidad italiana: no más dos besos en las mejillas para saludar, mucho menos dar la mano, cero eventos públicos, uso cotidiano de la mascarilla y del gel desinfectante para las manos, e incluso no más encuentros entre amigos para tomar el tradicional “aperitivo” vespertino.

Sin embargo, no ha sido suficiente: el Instituto Sanitario Nacional confirmó que la epidemia del coronavirus entró en “fase expansiva”, lo que quiere decir que la cifra de infectados continuará en aumento y no se sabe cuándo alcanzará el pico máximo. Como consecuencia el gobierno nacional ha emitido un decreto que intensifica aún más las medidas para evitar la propagación del virus en las zonas de los brotes: prohibición de eventos públicos y deportivos (incluyendo las partidas de Calcio de serie A), y se mantiene el cierre de iglesias, escuelas y universidades en las zonas afectadas. Para el resto de Italia, se recomienda el trabajo a distancia y mantener mínimo un metro de distancia entre las personas en los lugares públicos.

Italia es el primer país occidental al que le tocó afrontar la primera gran epidemia en tiempos de globalización y de internet. Los italianos no hablan de otra cosa, pasan el día conectados para monitorear cómo va la propagación del virus y qué tan cerca se encuentra de casa. Mientras el gobernador de Lombardía, Attilio Fontana, se comunica con el gran público a través de Facebook live desde su cuarentena preventiva. Dos miembros del gobierno regional ya resultaron positivos.

Los próximos días serán decisivos, tanto para saber la magnitud de la crisis italiana, como para Mattia. Su recuperación sería una luz de esperanza en este país en donde últimamente se ha hecho costumbre hacer cuentas con la muerte cada día.

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