La catástrofe llamada Venezuela
Por Marinellys Tremamunno para Diario Los Andes (Venezuela)
“Venezuela atraviesa una profunda crisis humanitaria”. Ya lo alertaba Human Rights Watch en un informe del año 2016, por “la inadecuada y represiva respuesta del gobierno ante la grave escasez de medicinas, insumos y alimentos”. Hoy se nos suma el grave deterioro de la situación institucional del país.
Contra toda norma y pronóstico, la Asamblea Nacional Constituyente de Nicolás Maduro se instaló el pasado viernes 04 de agosto en Caracas. La elección de sus miembros sobrepasó cualquier lógica legal y democrática: fue electa sin participación de la oposición, se convocó pasando por alto el referéndum consultivo necesario para preguntar al pueblo venezolano si quería cambiar su Constitución; el fraude electoral fue evidente en la inconsistencia de los números presentados por el régimen y luego confirmado por la denuncia hecha pública por la propia empresa que tuvo a su cargo la gestión del voto electrónico; e incluso terminó de usurpar las funciones del poder legislativo con el decreto del pasado viernes.
Ahora con un pseudo parlamento monocolor y un Consejo Nacional Electoral (CNE) completamente parcializado a favor del gobierno, Nicolás Maduro se prepara para meter mano a los gobiernos regionales. En paralelo, la persecución política ha tomado niveles alarmantes: 21 alcaldes de oposición han sido enjuiciados y de 103 prisioneros políticos que se contaban a inicios del año, hoy el Foro Penal Venezolano nos confirma la macabra cifra de 676 presos políticos y más de mil personas que siguen detenidas arbitrariamente, por sólo atreverse a pensar diferente. Un escenario nada alentador para afrontar un proceso electoral el próximo 15 de octubre de 2017.
No en vano miles de venezolanos han decidido escapar desesperadamente del pequeño infierno en el que se ha convertido Venezuela. Medios colombianos aseguran que 25 mil almas atraviesan a pie la frontera hacia Colombia y sólo la semana pasada la Iglesia de Cúcuta confirmó que dio de comer a 60 mil venezolanos. Incluso en países como España y México, encabezamos la lista de solicitudes de asilo; pues mejor escapar, que morir por la falta de medicinas, en manos del hampa o producto de la feroz represión.
Más allá de los indicadores y de las estadísticas que se intentan ocultar, es evidente que en Venezuela existe “una excepcional y generalizada amenaza a la vida humana, la salud o la subsistencia”, lo que para los organismos internacionales es la definición de una “crisis humanitaria”. Una crisis que cada día está cobrando vidas y que en medio del caos no está siendo atendida, lo que sin duda nos está llevando a lo que internacionalmente se denomina una “catástrofe humanitaria”.
“La situación política y la crisis humanitaria en Venezuela ha llegado a un punto de quiebre”, lo afirmó Erika Guevara-Rosas, directora de Amnistía Internacional para las Américas en la reunión internacional de la organización, realizada esta semana en Roma. El mundo lo sabe, la “catástrofe humanitaria” es inminente.