Marinellys Tremamunno, periodista venezolana acreditada en El Vaticano: El Papa Francisco nos llamó sus “compañeros de viaje”
Marinellys, con sus reportes desde el Vaticano, mantiene en diversos medios una permanente actualidad de lo que ocurre en la iglesia. El encuentro con el Papa se produjo en vísperas de conocerse el mensaje de la 58 Jornada Mundial de las Comunicaciones con el tema: «Inteligencia artificial y sabiduría del corazón para una comunicación plenamente humana»
Ramón Antonio Pérez // @GuardianCatolic
El lunes 22 de enero, Marinellys Tremamunno fue recibida por el Papa Francisco en la Sala Clementina del Palacio Pontificio, junto a un grupo de periodistas miembros de Asociación Internacional de periodistas Acreditados en el Vaticano (AIGAV).
De esta manera leímos su testimonio en Facebook, donde habla de su experiencia junto al Papa Francisco. Con sencillez y gran profesionalismo Tremamunno dejó muy en alto el periodismo venezolano, en especial, el vinculado a la iglesia católica.
Su saludo al Obispo de Roma cobra más importancia porque se produce en vísperas de la fiesta de San Francisco de Sales (24 de enero), patrono de los periodistas y escritores.
Justo en esta fecha, la Santa Sede da a conocer el mensaje de la 58 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, cuya temática en el año 2024, nuevamente aborda una reflexión sobre la Inteligencia Artificial.
Ver de cerca la “fragilidad” del Papa
“No es la primera vez que puedo estar cerca del pontífice y tomar su mano, pero sí es la primera vez que pude ver de cerca su fragilidad, normal en un hombre de 87 años”, escribió en Facebook.
“Nos llamó sus ‘compañeros de viaje’ y recordó que ejercer el periodismo es una vocación, en donde elegimos ‘tocar las heridas de la sociedad y del mundo’”, agregó. La periodista recibió felicitaciones de sus seguidores de la red social.
Estoy agradecida con Dios por este privilegio de trabajar desde la Santa Sede y servir de alguna manera con la Iglesia, algo que jamás imaginé que iba a hacer en mi carrera profesional. Aquí estoy por obra de la providencia divina. Eternamente agradecida.