“El aborto no deja de ser un pecado grave”

El presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización aclaró que el aborto sigue siendo un pecado grave para la iglesia

Por Marinellys Tremamunno para Diario Los Andes (Venezuela)

Con el cierre del Año Santo de la Misericordia, el Papa Francisco hizo pública su Carta Apostólica “Miseria y Misericordia”. Monseñor Rino Fisichella, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, tuvo la responsabilidad de presentarla y aseguró que se trata de un documento esencial para comprender el valor de este Jubileo para la iglesia y los efectos que deberán continuar las comunidades cristianas.

Entre estos efectos, cabe destacar la decisión del Santo Padre de extender la Misericordia incluso después del cierre del Año Santo, a través de su decisión de permitir a todos los sacerdotes del mundo la absolución del pecado del aborto de forma indefinida. Pero atención, “no deja de ser un pecado grave”, aclaró Mons Fisichella, pues “se trata de la muerte de una vida inocente”.

Con esta decisión, “el Papa quiere demostrarnos que la Misericordia de Dios no tiene fronteras. Antes los sacerdotes necesitaban el permiso de su obispo para absolver este pecado; ahora, después del Año de la Misericordia, este poder se concede a todos los sacerdotes por el hecho mismo de que son sacerdotes. De esta manera, nadie tendrá un obstáculo y nadie tendrá una excusa para decir que Dios no está cerca”.

Fisichella indicó además que esta decisión “no es una superficialidad” del pontífice ni se quiere simplificar la absolución del aborto. La intención es generar un “compromiso de responsabilidad, especialmente en los sacerdotes, que deben guiar a las personas que han cometido este pecado, para que reencuentren la serenidad en su vida”.

Misericordia Infinita: “Quiero enfatizar con todas mis fuerzas que el aborto es un pecado grave, porque pone fin a una vida humana inocente. Con la misma fuerza, sin embargo, puedo y debo afirmar que no existe ningún pecado que la misericordia de Dios no pueda alcanzar y destruir, allí donde encuentra un corazón arrepentido que pide reconciliarse con el Padre”, dice el Papa Francisco en la Carta Apostólica.

Más de 21 millones de peregrinos de la Misericordia

“Hacer vivir a los creyentes la experiencia de la Misericordia para convertirse en instrumentos de misericordia”, era el deseo del Papa Francisco con la celebración del Año Extraordinario de la Misericordia. Una experiencia que fue vivida por 21.929.926 peregrinos, provenientes de 156 países, que atravesaron la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro. Así lo afirmó Monseñor Rino Fisichella, durante la Rueda de Prensa con motivo del cierre del Jubileo.

Vale recordar que por primera vez en la historia habían sido abiertas las Puertas de la Misericordia en todo el mundo, “como testimonio de que el amor de Dios no tiene límites”, explicó. El resultado fue la participación de más de la mitad de la población católica mundial: entre el 08 de diciembre del 2015 y el mes de noviembre del 2016, unos “850 millones de fieles han atravesado las puertas santas de todas las diócesis”, precisó.