Guatemala hace llamado a la «Inclusión» en la Bienal de Venecia
DIARIO LAS AMÉRICAS es el medio oficial del Pabellón Nacional de Guatemala, que estará abierto al público del 23 de abril al 27 de noviembre
MARINELLYS TREMAMUNNO / DIARIO LAS AMÉRICAS
ROMA.- Este 2022 regresa la Bienal de Arte de Venecia en su 59ª edición. Abrirá al público desde el sábado 23 de abril hasta el domingo 27 de noviembre para mostrar los trabajos de 213 artistas de 58 países. Latinoamérica estará representada con 9 países y entre ellos destaca la presencia de Guatemala con un Pabellón Nacional que exhibirá una imponente pintura denominada “Inclusión”, del joven artista Christian Escobar, también curador de la muestra.
La Bienal de Venecia es el evento de arte más importante del mundo. En esta ocasión DIARIO LAS AMÉRICAS también estará presente como medio oficial del Pabellón de Guatemala. La obra del artista guatemalteco, mejor conocido con el seudónimo “Chrispapita”, impacta no sólo por su mensaje de respeto a las diferencias, tan oportuno en los vientos de guerra que soplan en el contexto de La Bienal; sino también por su estilo único, que logra el dominio de un hiperrealismo barroco para afrontar temas contemporáneos con gran poder emocional.
La obra “Inclusión” mide 7 metros de ancho por 2.8 metros de alto. Es una pintura realizada en acrílico sobre lienzo, que propone un llamado a aceptar las diferencias entre los seres humanos y respetarlas, con justicia y equidad, considerando que cada individuo en su singularidad es parte de la sociedad. Además, exalta la mayor riqueza que tiene Guatemala, su gente y su diversidad multicultural como punto de fuerza para el progreso.
El mensaje de “Chrispapita” es tan potente, que su presencia en La Bienal de Venecia ha sido posible gracias al apoyo incondicional de un grupo de empresarios guatemaltecos que se han unido para mostrar una cara positiva del país centroamericano: así participan como patrocinantes la Asociación Nacional del Café (Anacafe), Ron Botrán, la Cámara de Turismo de Guatemala (Camtur), el Grupo Apolo, Invernowi S.A., la Fundación Paiz, Lua Chips, el Museo Ixchel y la Universidad Rafael Landivar.
Pero ¿quién es Christian Escobar? Este joven artista nació el 3 de noviembre de 1982 en la Ciudad de Guatemala. Con sólo 39 años tiene en su haber una importante trayectoria profesional que incluye el título de Odontólogo, dirigió durante 12 años una revista especializada en odontología y fue además profesor de anatomía humana.
En paralelo desarrolló de forma autodidacta su pasión, primero por el dibujo de retratos a lápiz para pasar luego a la pintura en acrílico sobre lienzo. Así estudió a los maestros del clásico barroco, hasta que logró perfeccionar su propia técnica. Tan impactante que abandonó la odontología para dedicarse definitivamente a la pintura y sus obras no sólo han logrado ocupar espacios importantes de su natal Guatemala, como el Museo Nacional de Arte Moderno o el Museo Ixchel, sino que también ha expuesto en Art Basel Miami Week en dos oportunidades (2016 y 2021); además, ha participado en importantes colectivas en Bélgica y New York.
La historia de “Chrispapita” es un ejemplo de que con dedicación es posible alcanzar los sueños. En exclusiva con DIARIO LAS AMÉRICAS explicó la fórmula de su éxito: “Trato de vivir bajo la filosofía del ‘memento mori’, que significa ‘recuerda que debes morir’. Siempre he pensado que me voy a morir, pero no lo veo de forma trágica, sino que siento la mano de la muerte tocándome el hombro a diario y eso me motiva a querer ser mejor hoy, ahora”.
El trabajo continuo para ser mejor cada día se observa en la perfección de sus obras, que impresionan por su hiperrealismo. “Al inicio no sabía que era hiperrealismo, porque no sabía de arte. Empecé a pintar y cada vez quería perfeccionarlo aún más. Hasta que en Brasil hice una Maestría en Prótesis Dental que me ayudó a entender la influencia de la luz en la selección de los colores. Allí entendí cómo funciona la luz y esto me llevó a estudiar la parte espiritual de la luz y la parte metafísica. Entonces todo este conjunto lo apliqué al arte, para mí fue como un despertar, nunca más pude ser el de antes. Vi el mundo de una forma completamente diferente.
¿Cómo observas el mundo?
Cuando estoy viendo a alguien hago un escáner de su cara, de los detalles y sé exactamente qué colores son. Cuando mezclo los colores no lo hago pensando en las proporciones, lo hago en automático, a veces me preguntan cómo lo hago y realmente no lo sé, simplemente siento lo que hago. Pero para llegar aquí hay detrás un camino de mucho sacrificio, mucha disciplina. Estudié en un colegio católico de jesuitas, en donde la ciencia y el deporte eran muy importantes. He sido deportista toda mi vida, ahora soy surfista y en pasado fui triatlonista. Entonces, la disciplina de los deportes, más la disciplina de los estudios ha hecho quien soy.
¿Alguna vez estudió arte?
Nunca recibí clases de arte ni de pintura, soy ciento por ciento autodidacta. Me encantan los retos, me gusta mucho aprender, porque soy muy curioso. Me gusta estudiar la mitología de las diferentes civilizaciones. Me encanta la espiritualidad, a pesar de que no me considero una persona religiosa. Eso nutre mi vida y mi alma, y es lo que trato de reflejar en mis obras. Yo no pinto obras para que se vean lindas, pinto obras que reflejen un sentimiento, una filosofía, concretamente.
¿Cuál es el tema más recurrente?
Mi tema principal es la muerte, porque es lo único que tenemos sentado como verdad en este mundo. Mis obras también tienen un carácter contemporáneo bastante fuerte, pero me encanta volver a los maestros clásicos de la filosofía y el arte porque estudiaban mucho, el reto es poder llegar a ese nivel. Y eso lo aplico en la pintura, cuando empiezo una obra nueva, trato de mejorar cada vez más porque sé que lo que hice podría estar mejor.
¿Qué significa para usted ‘Inclusión’?
Con esta obra deseo mostrar el engranaje humano e inclusivo como motor de cambio y progreso en Guatemala. Es la más grande que he hecho, pero no sólo fue un reto pintarla sino también lograr la participación en La Bienal de Venecia, abrir puertas para representar a mi país. Nunca me he sentido un artista individual, yo soy guatemalteco y quiero abrir brecha a través de mi participación, no sólo como artista sino también como curador y director, para que en la próxima Bienal podamos invitar a más artistas y que la gente conozca lo que hacemos en Guatemala.