Diario Las Américas

Guatemala sorprende en la Bienal de Venecia con obra de «Chrispapita»

«Inclusión», obra de Christian Escobar, mide 7 metros por 2,8 de alto. Estará disponible al público hasta el 27 de noviembre en la isla de la Giudecca

MARINELLYS TREMAMUNNO / DIARIO LAS AMÉRICAS

ROMA – El 23 de abril abrió oficialmente sus puertas la 59ª edición de la Bienal de Arte de Venecia, un acontecimiento muy esperado en el mundo del arte, luego de la pausa obligada por la pandemia. Es la exposición de arte más prestigiosa del mundo y la única en donde los países participan con Pabellones Nacionales.

Guatemala es el único país de Centroamérica que participa con un Pabellón Nacional, que este año no sólo sorprendió por presentarse con una imponente pintura de 7 metros de largo por 2,8 metros de alto del joven artista Christian Escobar, conocido en su país como “Chrispapita”; sino además con una propuesta hiperrealista que intenta hacer un llamado de atención al respeto por las diferencias.

“La obra que estoy presentando en la Bienal de Venecia habla de Inclusión. ¿Y qué es la Inclusión? Es el respeto por las diferencias, es aceptar que somos distintos, es aceptar que cada uno tiene una cualidad diferente”, afirmó el artista, quien conversó en exclusiva con DIARIO LAS AMÉRICAS, medio oficial del pabellón guatemalteco.

Chrispapita quiso representar esta diversidad con catorce personajes que trasladan al espectador a través del pasado, presente y futuro del país. En el centro de la obra, destacan su esposa y su hija, que representan a la familia, el presente. La madre observa a su hija, “que es lo único que le importa”, y la niña es el único personaje que observa a los ojos al espectador, porque “la niñez observa todo el tiempo y los adultos tenemos la responsabilidad de dar un buen ejemplo”.

La familia está rodeada por seis mujeres, cuatro están danzando y representan la alegría de vivir de los guatemaltecos; y dos tienen flores blancas, en tributo a la madre tierra. Detrás, se presentan dos hombres como pilares de fuerza y protección del núcleo familiar. A la derecha está el pasado, representado por un viajero con una maleta con “todos los recuerdos, lo vivido, las guerras, la discriminación”; y el hombre con máscara de jaguar, que según la mitología maya simboliza el renacer diario, representa el país en continuo movimiento. A la izquierda está el futuro, representado por el trabajador que sostiene un candelabro, que “simboliza la fe del pueblo guatemalteco, que cree en sí mismo”; y por un joven empresario, “que camina con determinación, que apuesta por el futuro y tiene fe en el país”.

“Guatemala es un país multicultural, multilingüe y multiétnico. Cada uno de los personajes representan esta diversidad y todos en unidad, con inclusión, hacen un engranaje perfecto, porque cada uno aportaría lo que puede hacer”, puntualizó el también curador del pabellón. Explicó que existe un decimoquinto personaje en el vientre de la madre, pues está embarazada y eso “da continuidad a la obra, encarna la renovación constante”.

Es la primera vez que Guatemala participa con un pabellón 100% guatemalteco y fue posible gracias al respaldo económico de un grupo de empresarios que se unieron en torno a la iniciativa de Christian Escobar: el Grupo Apolo patrocinó la entera producción de la obra, además participaron Ron Botrán, la Cámara de Turismo de Guatemala (Camtur), Invernowi S.A., la Fundación Paiz, Lua Chips, Saúl, Integra Cancer Institute, Palma Sur, el Museo Ixchel, la Universidad Rafael Landivar y la Asociación Nacional del Café (Anacafe).

Inclusión en clave fotográfica

A través del pabellón, Chrispapita también quiere fomentar el trabajo de artistas emergentes nacionales, por eso al ingreso están presentes seis fotografías en blanco y negro de Valeska Meyer, conocida como “Vali”, que forman parte de una serie denominada Santo Tomás. Estas obras fueron capturadas en Chichicastenango un 21 de diciembre por ser el día patronal del pueblo. Muestran la diversidad cultural del país, así como la “inclusión” de lo ancestral con lo cotidiano.

A Vali la mueve el poder conectarse con las personas a través del lente, captando sus emociones, sentimientos y expresiones. “Ese instante mágico que logra una conexión e intercambio de energías sin hablarse, es lo que le alimenta mi espíritu positivamente. Y esta exposición es un claro ejemplo de esa conexión”, indicó.

La exposición está abierta al público hasta el 27 de noviembre, en SPUMA Space for the Arts. Fondamenta S. Biagio, Giudecca 800 / R, 30133 Venezia, Italia. Para más información visite www.guatemalapavilion.com

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