“PDVSA no produce el combustible que requieren las plantas termoeléctricas, porque tampoco tiene recursos humanos. Se fueron nuestros técnicos”
MARINELLYS TREMAMUNNO / CUBANET
ROMA, Italia. – Las fallas de electricidad se han convertido en una normalidad en Venezuela. Un estudio de la Asamblea Nacional reveló que el 91,2% de la población sufre las fallas del servicio eléctrico y solo el pasado mes de mayo, el Comité de Afectados por Apagones registró 10 356 reportes por fallas de electricidad a nivel nacional. En 2019 fueron 87 610, es decir 240 cortes por día.
Mientras, los venezolanos continúan confinados debido al estado de alarma decretado por Nicolás Maduro el 13 de marzo por la pandemia de coronavirus. El deterioro de los servicios públicos en la nación suramericana es tan grave que las personas aisladas socialmente viven sin gasolina, sin agua, sin gas e incluso sin electricidad.
“Desde hace un tiempo para acá es el pan nuestro de cada día, se ve que no hay solución. Estamos hablando de casi 18 horas. Antes eran tres, ahora son 18 sin luz (eléctrica). Hago un llamado a Corpoelec (empresa eléctrica nacional) para que se avoque a la situación”, dijo un residente de Los Teques, capital del estado Miranda, donde el 26 de mayo ocurrió una fuerte explosión de la subestación El Barbecho.
Desde entonces, los residentes de Los Teques han visto aumentar los cortes eléctricos a la vez que se hace más frecuente el tiempo en oscuridad. “No hay electricidad para el punto. Al cliente se le solicita efectivo o pago móvil, en su defecto. Estamos lidiando con eso, no podemos dejar que sea normal”, dijo una comerciante.
Pero, paradójicamente, Venezuela tiene la Central Hidroeléctrica “Simón Bolívar”, que llegó a ser la planta de ese tipo más grande del mundo y cuenta con 20 centrales de generación termoeléctrica, incluyendo Planta Centro, la más grande de América Latina. Entonces, ¿cómo es posible que una nación con tales recursos tenga fallas en el suministro eléctrico? Para entenderlo, CubaNet conversó en exclusiva con el presidente de la Asociación Venezolana de Ingeniería Eléctrica y Mecánica (AVIEM) del Colegio de Ingenieros de Venezuela, Winston Cabas.
“La crisis del sistema eléctrico venezolano la hemos ubicado en tres variables fundamentales. Falta de mantenimiento: no hay personal en Corpoelec que haga la gestión de mantenimiento, y no lo hay porque se fue del país por la crisis económica que hoy vive Venezuela. En países vecinos como Colombia, Argentina, Chile, Perú o Brasil a un ingeniero eléctrico, mecánico, le pagan 3000 dólares. Aquí, hoy ese ingeniero a duras penas cobra 10 dólares mensuales. Tampoco hay mano de obra calificada: a los técnicos linieros, de transmisión o distribución, en esos países les pagan 1800 dólares mensuales y en nuestro país a duras penas ganan cinco dólares mensuales”, explicó.
Incluso Cabas habla desde el exilio, pues se convirtió en un perseguido del régimen de Maduro en 2019 por denunciar las verdaderas causas de la crisis del sistema eléctrico venezolano.
“Lo segundo es la falta de combustible. PDVSA no produce el combustible que requieren las plantas termoeléctricas y no lo produce porque tampoco tiene recursos humanos. Se fueron nuestros técnicos, porque hubo un señor que fue presidente de la República ―dijo refiriéndose a Hugo Chávez― que expulsó, que botó, en un programa de televisión, 300 000 años de experiencia. Esa es la razón fundamental por la cual PDVSA no produce los combustibles que requieren nuestras plantas termoeléctricas”, agregó.
La situación es crítica sobre todos para los comercios que venden alimentos. Los cortes eléctricos “nos están afectando muchísimo, por lo menos a nosotros, por la cuestión de la carne, de los quesos. Aquí en Los Teques son consecutivos. Eso es pérdida para nosotros porque hay productos que se dañan, que no se pueden reponer”, aseguró el propietario de una charcutería que tenía casi 24 horas sin electricidad y que no quiso identificarse por temor a represalias de parte del régimen.
“Sin luz no se puede vender nada. Y si no se vende no hay dinero para pagar el alquiler, ni siquiera la luz, porque, aunque no haya luz, igualito la cobran”, explicó la empleada de una farmacia.
Por su parte, el presidente de AVIEM destacó que el principal problema que mantiene a oscuras a los venezolanos es la corrupción. “Para nadie es un secreto que se han gastado, se han dilapidado más de 50 000 millones de dólares que debieron haber ingresado al sector eléctrico y que hoy no se sabe dónde están. En otras palabras, la corrupción, la falta de combustible y la falta de mantenimiento han hecho que la crisis se haya repotenciado y que hoy se vean grandes apagones, fallas y averías”, aseveró.