Jeanine Añez y Luis Fernando Camacho marcan el cambio de rumbo de un país que durante 14 años estuvo sometido al régimen de Evo Morales, ateo confeso. Bolivia pasó del Crucifijo con un martillo y una hoz a la Biblia de los “Cuatro Evangelios”.
“Las iglesias también nos acompañan… La Biblia regresa al gobierno, la Biblia regresa al Palacio”. Con estas palabras y alzando una biblia gigante de “Los cuatro evangelios” en las manos, la senadora Jeanine Añéz asumió la presidencia interina de Bolivia el martes 12 de noviembre, tras la renuncia de Evo Morales. “Esta Biblia es muy significativa para nosotros: Nuestra fuerza es Dios, el poder es Dios, que Dios nos bendiga queridos hermanos bolivianos”, reafirmó luego mostrando una biblia rosada más pequeña desde el balcón del palacio de gobierno en La Paz, en un país que el año 2009 había sido declarado laico por el “presidente indígena”.
Así se convertiría en la segunda mujer que toma el mando en la historia de la nación sudamericana. Su llegada a la presidencia fue posible por la renuncia de Evo Morales al ejecutivo, la renuncia de Álvaro García a la vicepresidencia y la de Adriana Salvatierra a la presidencia del Senado. No habiendo otra opción y de acuerdo a la línea de sucesión establecida por la Constitución, Añez, como vicepresidenta del Senado, debía ocupar el cargo.
¿Quién es Jeanine Añéz? Es una abogada de 52 años oriunda de Trinidad, una pequeña población el departamento amazónico de Beni. Tiene diplomados en Gestión Pública y Gestión Social, Derechos Humanos y Educación Superior. Tiene dos hijos de 29 y 24 años y, según reseña la prensa, está casada con un político colombiano, Héctor Hincapié, quien fue candidato al senado de Colombia en 2018 por el Partido Conservador.
Añez llegó a la política en el 2006, cuando fue electa como representante de Beni a la Asamblea Constituyente que aprobó la Constitución vigente desde el año 2009. Durante ese proceso, fue miembro de la Comisión de Organización y Estructura del País y trabajó en la parte de Poder Judicial. Luego fue elegida senadora por el partido Plan Progreso para Bolivia-Convergencia Nacional, de ideología democristiana.
Como católica y conservadora declarada, fue miembro del Comité Ejecutivo Nacional del Movimiento Demócrata Social, afiliado a la Organización Demócrata Cristiana de América; y participó en el Congreso Iberoamericano por la Vida y la Familia, realizado el pasado mes de febrero en la Ciudad de Panamá.
Y considera “satánicos” los ritos indígenas, de acuerdo con varios mensajes que ha difundido en Twitter: “Sueño con una Bolivia libre de ritos satánicos indígenas. La ciudad no es para los indios. Que se vayan al Altiplano o al Chaco”, dijo el 14 de abril; “¡Qué año nuevo aymara ni lucero del alba! ¡Satánicos, a Dios nadie lo reemplaza!”, escribió el 20 de junio.
Pero el primero en anunciar la llegada de la Biblia al “Palacio Quemado” fue el líder de oposición Luis Fernando Camacho, presidente del Comité Cívico de la región de Santa Cruz. El pasado lunes 4 de noviembre se postró a los pies del monumento del Cristo Redentor en Santa Cruz de la Sierra, para anunciar sus intenciones de ir a la sede del gobierno a enfrentar a Morales: “No estoy yendo con las armas, voy con mi fe y mi esperanza; con una Biblia en la mano derecha y su carta de renuncia en mi mano izquierda”, señaló Camacho. Y así lo hizo el domingo 10, entró al Palacio y se colocó de rodillas con una Biblia en el salón principal, sobre una bandera boliviana.
Jeanine Añez y Luis Fernando Camacho marcan así el cambio de rumbo de un país que durante 14 años estuvo sometido al régimen de Evo Morales, ateo confeso. Bolivia pasó del Crucifijo con un martillo y una hoz a la Biblia de los “Cuatro Evangelios”.