El Nacional

Vecinos no se dejan convencer con promesas

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Caracas, 23/05/2000.- Los residentes de los municipios conocen bien las necesidades y problemas de su entorno. Exigen mayor seguridad, mejores servicios públicos y un crecimiento ordenado. Harán valer sus demandas a quienes resulten electos alcaldes en Baruta, Chacao, El Hatillo, Libertador y Sucre.

 

Los vecinos no son una masa de habitantes a la que se convence sólo con promesas y más promesas emanadas de un megáfono. Los residentes saben perfectamente, porque lo padecen a diario, cuáles son las necesidades de su municipio y las fallas u omisiones de sus más directos gobernantes: los alcaldes. A pocos días para termine la batalla campal de estas megaelecciones -en las que no se ha mantenido virgen ni un solo poste del área metropolitana, por las decenas de candidatos que los empapelan- las asociaciones de vecinos levantan su palabra para opinar sobre las prioridades que deben atender los futuros mandatarios locales y el tren de concejales.

No pocos directivos de asociaciones de vecinos se han lanzado al ruedo electoral. Esto puede ser visto como una oportunidad para que los vecinos accedan al poder y así establecer vínculos más estrechos y con mayor capacidad de decisión. Asimismo, esta postura podría desvirtuar el movimiento de la sociedad civil en pos de los intríngulis de la política y de los intereses propios o partidistas. La mayoría de los entrevistados, representantes vecinales de urbanizaciones de Baruta, Chacao, El Hatillo, Libertador y Sucre, coinciden en que la inseguridad es el problema que más los afecta. Asimismo, exigen que se establezca un ordenamiento urbano en el que se conciba un desarrollo con servicios, y que las ordenanzas existentes no se violen en favor de los comercios sobre las zonas residenciales.

Municipio Baruta

– Milagros Adler Altuve, presidenta de la Asociación de Vecinos de Las Mercedes: «A los vecinos nos están marginando y queremos tener voz y voto en las decisiones del entorno. La prioridad son los servicios públicos y la inseguridad, pues ha habido un auge de robos de carros. Esta es una urbanización sin ley, y cada quien hace lo que quiere. Quieren transformarla en una zona turística, lo que les permitiría legalizar los casinos. Pero ¿cómo va a ser turística si cada vez que llueve esto se embarra? Se permiten desarrollos sin servicios públicos de agua y luz. Además, el aseo urbano ha desmejorado muchísimo últimamente. A los vecinos nos quitaron las cartas avales para la instalación de quioscos y vendedores ambulantes, y esas decisiones sólo las toman los concejales. En la avenida principal de Las Mercedes volvieron los piques de carros y motos. Nadie los controla».

– Berta Toro, presidenta de la Asociación de Vecinos de Cumbres de Curumo: «Lo primero es la seguridad. Pedimos la reorganización de la policía y que sea más efectiva. Aquí ha habido un repunte de la inseguridad, pero el promedio no es tan alto porque gran cantidad de calles están cerradas, y eso contribuye a que estemos más resguardados. También hay que reorganizar la ingeniería municipal, que ha otorgado una serie de permisos que han hecho colapsar la única autopista que tenemos. Tendremos que esperar a que lleguen a ser alcaldes para ver si van a cumplir. Esperemos que no sean promesas porque en Venezuela estamos cansados de promesas. Esperemos que hayan cambiado, hayan sufrido una transformación y que cumplan lo que están ofreciendo. Es difícil que logren hacer algo durante su primer año de mandato porque el presupuesto ya está comprometido. La nueva Constitución contempla la revocatoria del mandato, pero es muy difícil conseguir el 10% del electorado».

Municipio Chacao

– Consuelo Pulgar, asociación de vecinos de Altamira Norte: «Tenemos muchos problemas con los usos no conformes. En la avenida Luis Roche, cerca de la plaza Altamira hay edificios que siempre han sido residenciales y ahora han montado negocios. El corredor Miranda, aprobado por Mimita Corredor, lo que nos ha traído son problemas. Hemos hecho decenas de cartas para solicitar que se haga un estudio de Altamira, desde el que vende periódicos hasta el perrocalentero, para que todo el mundo tenga su puesto. No ha habido forma que se organice el ámbito territorial y se realice el planeamiento urbano. También necesitamos policías que se comuniquen con la comunidad. La plaza Altamira necesita atención pues se ha convertido en una especie de Hoyada. También requiere un nuevo alumbrado que cuesta 700 millones de bolívares -pues el que está tiene 50 años-, y mayor mantenimiento, no que se le hagan remiendos. Pedimos más vigilancia porque la plaza se ha convertido en una zona de tolerancia».

– Andrés Duarte, presidente de la asociación de vecinos del Country Club: «Estamos interesados en que el nuevo alcalde dé la cara. Tenemos una cuestión pendiente que es el cambio de zonificación en la urbanización -que otorgó usos para la construcción de edificios en parcelas unifamiliares-. Hemos gastado bastante dinero en asesoría legal y la decisión está retenida en los tribunales porque la alcaldía no ha dado su opinión. Para nosotros sería interesante conocer al próximo al alcalde. El otro conflicto es enfrentar, con las otras asociaciones vecinas, el creciente problema de tráfico que tenemos entre Campo Alegre, el Country Club y La Castellana, debido a la construcción de nuevos centros comerciales en el sector. Afortunadamente, hemos tenido excelente apoyo del resto de las asociaciones de vecinos con más experiencia, y así hemos logrado sincronizar actividades internas. El tercer gran problema sería la bendita inseguridad.»

Municipio El Hatillo

– María Inés Pálima, presidenta de la asociación de vecinos de El Hatillo: «Lo primero sería la seguridad. A pesar de que nuestro sector es bastante tranquilo, indudablemente se ha visto afectado. El municipio es la zona de expansión de los caraqueños y es un sitio muy visitado. Por ser un pueblo turístico y recreativo requerimos más estacionamientos y baños públicos, así como un terminal de autobuses y una policía turística. Necesitamos rescatar y mantener el pueblo, su arquitectura, sus tradiciones. Necesitamos ordenanzas que controlen, fiscalicen y rescaten la arquitectura tradicional, que es lo realmente atractivo, y que no posee un adecuado ordenamiento que la regule. Queremos que las próximas autoridades le den todos los servicios a este pueblo que cumplirá el 12 de junio 216 años de fundado. Aquí tenemos un modelo de tenencia de la tierra que comenzó a regularizarse, y luego se detuvo por disposición de la Asamblea Nacional Constituyente, y queremos que ese proceso se retome y se normalice».

– Beatriz de Mancera, vice-presidenta de la asociación Parceleros de La Lagunita: «En La Lagunita no queremos seguir siendo un colador. Nos abren vías por todos lados para desarrollos futuros y no hay vialidad nueva sino aquellas que atraviesan el sector. Hay 2 interconexiones sumamente peligrosas: la de Petare y la del Portón de Los Olivos -avenida Sur de La Unión-. Planteamos que La Lagunita siga siendo el parque que el sureste no tiene. Recibimos gente de todo el municipio que viene a caminar, trotar, patinar y montar bicicleta, que necesita estar protegida. Sabemos que somos la zona de desarrollo del sureste, pero se debe dar con planificación y ofrecer primero los servicios. La seguridad está íntimamente relacionada con las interconexiones -actualmente hay 5- y no podemos controlar tantos accesos. Necesitamos un ordenamiento jurídico que prohíba que las áreas verdes sean utilizadas como apertura a nuevas urbanizaciones. Estamos preocupados porque se habla de construir un terminal de autobuses en La Lagunita y nadie quiere eso».

Municipio Libertador

– Trina de Morandi, presidenta de la Asociación de Vecinos de La Florida: «La Florida es sumamente peligrosa. Aquí hay una pandilla de malandros que ronda la zona y están asaltando a todo el mundo. El patrullaje no es constante y los operativos duran unos pocos días. Es importantísimo que sean colocados los policías de punto y que haya continuidad en los programas de prevención, por lo que nos hemos reunido con la Policía Metropolitana y la Policía Municipal pero no nos hacen caso. Otro problema que nos agobia es que en las zonas residenciales se han instalado comercios de manera ilegal, y cuando están cerrados hacen que estos sectores queden solitarios, lo que facilita la labor del delincuente; además de que ocasionan problemas en la vialidad. Los habitantes de La Florida no queremos camiones ni vendedores de lotería que obstruyan el tránsito, no queremos buhoneros y exigimos que sea controlada la prostitución, porque hay menores de edad que están siendo utilizados como anzuelo en nuestras calles».

– Sergio González, presidente de la Asociación de Vecinos de Los Caobos: «La inseguridad es el azote del municipio Libertador. En Los Caobos roban de 3 a 4 carros diarios. Otra modalidad es que los delincuentes se acercan a los colegios, y cuando las madres van a llevar a sus hijos las interceptan y las amenazan con dañar a los niños si no entregan el vehículo y sus pertenencias. Pero la policía no coopera; no tenemos funcionarios de punto y los motorizados pasan de vez en cuando a toda velocidad, situación que sumada a la falta de iluminación en las calles incrementa la inseguridad. Y ni hablar de la gran cantidad de indigentes que hay. No existe algún organismo que los recoja, por lo que en cada edificio tenemos de 3 a 4 personas durmiendo. La prostitución también está relacionada con la inseguridad. En Los Caobos hay muchas mujeres que dejan a sus bebitos abandonados en una caja, mientras ejercen la prostitución. Hemos llamado a la policía, pero no hacen nada porque no es su responsabilidad. Asimismo, el tráfico de drogas es espantoso en este sector».

Municipio Sucre

– Lila Smither, presidenta de la Asociación de Vecinos de La Urbina: «La Urbina es una de las urbanizaciones más maltratada y golpeada de Sucre. Considero que cualquiera que sea el alcalde que resulte electo, su prioridad debe ser la seguridad, aunque es bien sabido que este es un problema nacional. El tránsito y los buhoneros nos agobian, pedimos más organización. Es necesario que nos sentemos los vecinos y el alcalde electo con las distintas líneas que atraviesan el municipio, para reubicarlas de manera que disminuya el caos vial. Asimismo, se debe preparar un proyecto intensivo de educación ciudadana porque es la única solución para insertar en la vida social a los 800 barrios del municipio. Tenemos que ayudar a que esas personas mejoren su calidad de vida. Y no puedo dejar de decir que en La Urbina se han hecho varias construcciones ilegales. Así, existen varios negocios ubicados en la carretera nacional que han invadido parte del terreno de retiro de la autopista Francisco Fajardo y presuntamente algunos pagaron para obtener los permisos».

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